Para que el bonetero fructifique, primero debe haberse dado la
fecundación de las flores, y en lo posible que éstas sean fecundadas por el
polen de una planta diferente. Esto resulta aparentemente fácil, pero muchas
veces esta especie se ha propagado artificialmente mediante esquejes, por lo
que no es raro que cuando se plantan en jardines, muchas plantas provengan
realmente de un sólo individuo; por tanto, aunque dos ejemplares plantados
cercanos parezcan diferentes, en el fondo pueden ser genéticamente la misma
planta, con el riesgo de que no se dé una verdadera polinización cruzada, y por
tanto la producción de frutos sea nula o muy inferior a la esperable. Las flores no son particularmente atractivas, y no suelen
atraer a los polinizadores más habituales como abejas o mariposas. A cambio, es
fácil ver sobre sus flores hormigas, que probablemente interfieren
favorablemente en la polinización.
El bonetero raramente florece en climas cálidos, necesitando a
menudo de un cierto grado de continentalidad, algo que en Belalcázar y
poblaciones cercanas forma parte de las características intrínsecas del clima
local.