2020/08/14

Homenaje a Fray Miguel de Medina

Este pasado 13 de agosto ha tenido lugar en la iglesia de Santiago el Mayor de Belalcázar el homenaje del teólogo y erudito franciscano Miguel de Medina (1489?-1578), réplica del acto que ya tuvo lugar en el monasterio de San Juan de los Reyes de Toledo -del que fue guardián y custodio fray Miguel por nombramiento del Papa Pío IV- el pasado 22 de noviembre de 2019. Aunque el homenaje ahora realizado se programó para el pasado 27 de marzo, su celebración no fue posible, debido a las restricciones establecidas por la alerta sanitaria nacional por la enfermedad Covid-19. 

La profesora Manuela Caballero Armenta de Medina, durante una de sus intervenciones.

El acto, como el realizado en Toledo, ha sido promovido por la asociación Turdulia Belalcazarensis. La presentación ha corrido a cargo de la Dra. Manuela Caballero Armenta de Medina, miembro de la asociación y profesora en la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid.

El religioso David Ortiz García, en su presentación sobre la vida, obra y pensamiento de fray Miguel de Medina.

Tras la intervención inicial, han dirigido sus palabras al público asistente el párroco Fray Manuel Muñoz García y el alcalde de la localidad, D. Francisco Luis Fernández Rodríguez. Posteriormente se atendió a sendas conferencias breves del sacerdote y anterior párroco franciscano fray David Ortiz García, sobre la figura de fray Miguel de Medina, y del cronista oficial belalcazareño Feliciano Casillas Sánchez, que glosó la historia y evolución de la actual parroquia de Santiago el Mayor. 

Imagen de la intervención del cronista oficial belalcazareño Feliciano Casillas.

A la finalización de las intervenciones se procedió a descubrir la placa conmemorativa realizada en azulejos, similar a la que se cedió en noviembre al monasterio toledano de San Juan de los Reyes, y que ha quedado instalada permanentemente en la fachada exterior de la iglesia, al lado derecho de su puerta principal.

Descubrimiento de la placa en homenaje a Fray Miguel de Medina, por la Dra. Manuela Caballero en representación de Turdulia Belalcazarensis, el alcalde D. Francisco Luis Rodríguez, y el párroco fray Manuel Muñoz.

Aunque sigue siendo poco conocido entre sus paisanos, Miguel de Medina ha sido uno de los belalcazareños más ilustres, al tiempo que uno de los intelectuales franciscanos de mayor renombre a lo largo de la historia de la orden religiosa. Doctorado en Teología, ganó la cátedra de Santas Escrituras de la Universidad de Alcalá de Henares en 1558, y fue designado por el rey Felipe II para asistir al Concilio de Trento en 1562, desde donde se le encargó la redacción de diversas obras teológicas de relieve (ver https://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_de_Medina). El acto de homenaje de este 13 de agosto ayudará sin duda a rescatar su figura y darla a conocer en su localidad natal. Podéis consultar una crónica más completa en la página web de Turdulia Belalcazarensis, en: https://asociacionturdulia.wixsite.com/inicio/post/crónica-del-homenaje-a-fray-miguel-de-medina-en-belalcázar  


Imagen del azulejo en homenaje a fray Miguel de Medina.


2020/08/13

Tras la lluvia estival

Tras las fuertes lluvias de las tormentas de verano, como las ocurridas hace pocos días, las calles recogen a veces huéspedes inesperados. Bajo los tejados viejos que carecen de canalones, o al pie de las bajantes de agua que recogen el agua de lluvia, han podido verse restos vegetales que actúan como formas de dispersión.

Restos de colonias de musgos, arrastrados desde los tejados hasta el adoquinado urbano tras las lluvias. Belalcázar, agosto de 2020.

Uno de los restos más frecuentes son los fragmentos de colonias de musgos, que pueden corresponder a diversos géneros de especies colonizadoras de muros y tejados (Grimmia, Funaria, Tortula, Bryum, etc.). Estos fragmentos a veces se transportan por las aves urbanas, que los usan para construir sus nidos. Los que han caído al suelo pueden sufrir la misma suerte, o bien deshacerse en trozos más pequeños que acaban por recolonizar las grietas del adoquinado, directamente o dispersando sus esporas. Aunque a ojos de quienes los vean puedan parecer plantas muertas, estos restos de colonias reviven tras rehidratarse.

Macrofotografía de uno de los restos de colonias de musgos de la imagen anterior, ligeramente rehidratada. 

Otro de los restos que se han podido observar son las semillas de la palmera canaria, sobre todo cerca de sitios donde hay ejemplares adultos de esa especie en jardines o patios. A diferencia de la palmera datilera común (Phoenix dactylifera), la palmera canaria (Phoenix canariensis) tiene dátiles mucho mas pequeños, que pueden ser consumidos por aves como estorninos, grajillas o mirlos, que usualmente regurgitan los 'huesos' o semillas. Estas semillas quedan depositadas en en los tejados, de donde caen cuando la fuerza de la lluvia es suficiente para arrastrarlos.  

Semillas de palmera canaria, aparecidas en algunas de las calles de Belalcázar tras las últimas lluvias de agosto de 2020.


2020/08/08

Los colores anómalos del verano

Como hemos indicado a menudo por estas fechas, los campos belalcazareños están dominados extensivamente por el tono dorado y pardo de los campos de cultivo, y el gris que poseen en su follaje la gran mayoría de plantas, desde las encinas hasta los bledos o cenizos. Casi todo cuanto crece espontáneo en los sembrados de secano en estas fechas luce esos colores, incluso en sus flores, pero existen algunas excepciones, de la que la más abundante es sin duda la correhuela, Convolvulus arvensis. Sus flores, grandes y acamapanadas, pueden variar del blanco al rosa intenso, o combinas ambos colores, pero en Belalcázar y zonas próximas suelen ser casi siempre blancas, lo que las hace destacar fuertemente respecto al color del entorno. 
Ejemplar de correhuela común (Convolvulus arvensis) de flores abigarradas en blanco y rosa, en Valencia (julio 2011). Estas coloraciones no son habituales en la misma especie en Belalcázar, donde las flores suelen ser solo blancas o con tonos rosados muy débiles.

El apelativo 'correhuela' -o como diríamos aquí, 'corregüela'- parece tener su origen en la expresión corre-vuela o 'corre y vuela', para expresar la tendencia rampante, reptante y a veces trepadora de sus tallos, y la gran velocidad con la que se desarrollan. La planta se mantiene en la época desfavorable bajo tierra en forma de rizomas largos y estrechos, a menudo ramificados, que suelen rebrotar a mitad de la primavera. En ese momento, además de crecer en la superficie del suelo, lo hacen también emitiendo raíces cada vez más profundas, que le permitirán obtener agua del subsuelo en plena canícula estival. Sus raíces a menudo profundizan más de un metro, y son capaces de regenerar la planta con facilidad si se elimina la parte superior; ello le permite resistir el efecto del arado, incluso del de vertedera, que no resisten la mayoría de especies colonizadoras de los barbechos y sembrados. Al mismo tiempo, el arado facilita la dispersión de la planta, al trocear y enterrar a distancia las raíces rizomatosas. 
Correhuelas en flor en el verano de 2011 en Belalcázar

Como recordaréis de un mensaje del blog hace ya bastantes años, en Belalcázar se localizó cerca de la ermita de San Antón una forma 'pleniflora' o de flor doble de la correhuela común, derivada de la conversión de los estambres en pétalos. Hasta ahora no se han recibido imágenes o reseñas que atestigüen la presencia de esa forma de la correhuela en otras partes de su amplia área de distribución, que abarca buena parte de los países del entorno del Mediterráneo.  

Correhuela de la variedad 'pleniflora' localizada en Belalcázar en 2011 

2020/08/06

Nos dejó Luis Fernández Torrero

Los meses de aislamiento de la pasada primavera nos han dejado sin  contacto con muchos amigos y colaboradores. Algunos de ellos nos dejaron definitivamente. De entre ellos queremos recordar aquí a un amigo entrañable, Luis Fernández Torrero, quien durante muchos años animó desde diversos medios (páginas web, páginas de Facebook, etc.) el conocimiento de Belalcázar y otras zonas de la geografía pedrocheña, cordobesa y española, gracias a sus preciosas fotografías. 
Luis Fernández Torrero, durante una de las asambleas de la asociación Amigos de Belalcázar Villa de Monumentos, en agosto de 2012

Movido siempre por su interés en dar a conocer la riqueza natural, histórica y cultural de nuestro pueblo, Luis Fernández formó parte del equipo fundador de la Asociación 'Amigos de Belalcázar Villa de Monumentos', de la que fue secretario durante muchos años. Residía en la Comunidad de Madrid, desde donde se desplazaba a menudo a Belalcázar para asistir a eventos culturales, haciendo de fotógrafo de la asociación y divulgando los valores belalcazareños con sus imágenes, de extraordinaria calidad técnica y artística. 

Luis Fernández con Claudio Rodríguez, revisando el material de publicidad de la asociación en la exposición artística mantenida en el pósito de Belalcázar, en agosto de 2012.

En los últimos años, aquejado de grave enfermedad, tuvo que someterse a diversas operaciones, dependiendo tras ello de la asistencia de cuidadores, y moviéndose solo en silla de ruedas. A pesar de ello, nos siguió acompañando con sus fotografías, tomadas a menudo en el Real Jardín Botánico de Madrid, uno de sus sitios preferidos de visita.

Echaremos de menos sin duda sus fotografías, y sobre todo sus comentarios, llenos siempre de humanidad. Luis fue, ante todo, un hombre bueno y sincero. Un abrazo y hasta siempre, Luis, descansa en paz. 

En abril de 2012 practicando su afición favorita, la fotografía, durante una visita al Jardín Botánico de la Universidad de Valencia.