2009/01/04

Flores de invierno

Flores (arriba) y frutos (abajo) del madroño (Arbutus unedo). ©E. Laguna

En noticias de años precedentes hemos hablado ya de alguna planta de flores invernales como la mandrágora (Mandragora autumnalis). Además de unas pocas especies de porte herbáceo como la ya citada, existen algunas de árboles y grandes arbustos, también presentes en Los Pedroches y su entorno, que se atreven a florecer en pleno invierno, como ocurre con el madroño (Arbutus unedo) y el durillo (Viburnum tinus). Ambos forman parte del bosque y mancha mediterráneas, apareciendo preferentemente en el sotobosque de encinares, alcornocales o acebuchares; el madroño, algo más resistente a la desecación, puede presentar también ejemplares sueltos en brezales y jarales de umbría, e incluso formar masas donde llega a ser una especie dominante -madroñales-. En el madroño, la floración suele iniciarse a finales del otoño y coincide con la maduración de los frutos; este fenómeno se da más raramente en el durillo, ya que su floración suele iniciarse en enero o febrero, cuando la mayoría de sus pequeños frutos azulados han servido ya de alimento a numerosas aves. Ambas especies vegetales son de tipo 'lauroide' -con grandes hojas duras y lustrosas como los del laurel-, y para algunos especialistas son relictos o descendientes de plantas que alcanzaron su óptimo con la expansión de las laurisilvas en el Terciario y diversas etapas iniciales del Cuaternario. Tanto el madroño como el durillo, además de en estado silvestre, pueden observarse cultivados en diversos jardines de las poblaciones pedrocheñas, donde dan una bella nota de color con sus flores y frutos en los días más fríos del año.

Flores (arriba) y frutos (abajo) del durillo (Viburnum tinus). ©E. Laguna