2013/04/11

NUESTROS PENSAMIENTOS SILVESTRES


Así como las violetas suelen ser plantas propias de bosques, sus parientes los pensamientos prefieren más bien los pastizales y herbazales; ambos son grupos de plantas del género Viola, reuniéndose normalmente en el primer caso a las plantas perennes y en el segundo a las anuales. Por Belalcázar y otros municipios cercanos tenemos una especie de pensamiento silvestre, Viola kitaibeliana, de diminutas flores blancas y amarillentas, rara vez tintadas de morado. Son parientes del pensamiento silvestre europeo, Viola tricolor, que a su vez suele considerarse uno de los parientes del pensamiento cultivado de flor grande, Viola x wittrockiana.


Viola kitaibeliana ©E. Laguna, Belalcázar, 30.03.2013 (ambas fotos)

Nuestro humilde pensamiento silvestre se ha considerado a menudo una mera variedad o subespecie de otra planta muy similar, Viola arvensis, de la que también existen referencias por Los Pedroches y las comarcas cercanas.  V. kitaibeliana es una planta propia de los pastizales efímeros de plantas anuales, creciendo sobre todo cerca de los arroyos o en sitios frescos, donde sus finos tallos pueden medrar sin exponerse excesivamente a la desecación ambiental. En años lluviosos como 2013 son más abundantes, aunque por su baja talla, que raramente supera los 10 cm, tiendan a pasar desapercibidas.  

2013/04/10

EL SALVADILLO EN FLOR


Con el avance de la primavera abre sus flores una de nuestras especies más frecuentes y representativas de los posíos y caminos pastoreados de Belalcázar, el salvadillo (Spergularia purpurea = S. rubra subsp. longipes). En ocasiones el salvadillo conforma auténticos paisajes, sobre todo en las majadas sobre lastras o con suelos demasiado someros, donde hierbas de mayor talla no llegan a desplazarlo.


Ejemplar en flor de Spergularia purpurea. ©E. Laguna, 30.03.2013

El nombre ‘salvadillo’ es casi exclusivo de Belalcázar y su entorno, y hace mención al aspecto que deja en los hocicos de las ovejas cuando pastorean  en los pastizales en los que la planta está ya seca, dejando pegados los restos de sus hojas y flores secas, que recuerdan al salvado de los cereales.

Pastizales de salvadillo en flor, cerca del Cortijo Trapero de Belalcázar. ©E. Laguna, 11.04.2007



Retazos de dehesa y retamal con salvadillo y manzanillas en flor, hacia el límite de términos de El Viso y Santa Eufemia por la carretera que va a Belalcázar. ©E. Laguna, 11.04.2007

2013/04/08

MUEREN LOS VIEJOS EUCALIPTOS


Hace tiempo ya indicábamos que algunos de los grandes eucaliptos que jalonan las carreteras de Los Pedroches empezaban a entrar en declive, no se sabe bien si por la edad, la ‘mala vida’ a que los somete al asfaltado cercano, o por el ataque de diversos insectos y hongos. Unas u otras causas están llevando a estos ejemplares arbóreos, a los que pertenecen los más altos de la comarca, a una progresiva decrepitud que obliga al final a cortarlos, como ha ocurrido ya con algunos de los que existían a la entrada de Hinojosa del Duque, viniendo desde Belalcázar; por supuesto hay quien opina que algunos de estos árboles podrían haber sobrevivido sin necesidad de mutilarlos severamente. Habrá que ir acostrumbrándose a este paisaje de tocones monumentales, dejados temporalmente en recuerdo de aquellos gigantes que quizá nos estén abandonando para no volver.

Troncos cortados de Eucalyptus camaldulensis a la entrada de Hinojosa del Duque. ©E. Laguna, 02.04.2013

2013/04/07

PALOMILLAS EN FLOR


Las ‘palomillas’ son parientes silvestres de las bocas de dragón, aunque en vez de pertenecer al género Antirrhinum corresponde a uno muy cercano, Linaria, cuyas especies suelen poseer flores con un espolón basal más acusado.  También son a menudo menos robustas y más estilizadas. En Belalcázar abundan algunas especies anuales de palomillas, siendo las más frecuentes las de flor morada (Linaria amethystea) y amarilla (L. spartea); por la forma de sus flores también se les suele llamar ‘conejitos’.

Linaria amethystea ©E. Laguna, 30.03.2013

L. amethystea es una planta muy pequeña, que raramente pasa de 10 cm., y abunda tanto en los pastizales de suelos graníticos como en los de pizarras; algunos parajes belalcazareños, como el cerro de la ermita de la Virgen de la Alcantarilla, son particularmente ricos en esta planta.

Linaria spartea. ©E. Laguna, 05.04.2010

Su pariente la palomilla amarilla, Linaria spartea, es a cambio una típica hierba meseguera, que abunda especialmente en el seno de los campos de cereal, aunque puede aparecer igualmente en cualquier tipo de herbazal, cunetas, etc. La flor de L. spartea, especialmente adaptada para recibir la visita de algunos polinizadores especializados, desprende un peculiar aroma dulzón. El apelativo ‘spartea’ hace referencia a las plantas de tallos gráciles, lineares, como los espartos o las retamas, y en este caso cuadra perfectamente con el aspecto de la planta, que suele alcanzar unos 40 cm de talla, elevando sus flores sobre ramas extremadamente finas. 

2013/04/06

LAS PRIMERAS FLORES MESEGUERAS



Pamplina amarilla (Hypecoum imberbe) en una sementera de cereal. ©E. Laguna, 03.04.2013

Las plantas ‘mesegueras’ o ‘segetales’ son las que crecen en los sembrados de cereal, o subsidiariamente en las de leguminosas que suelen plantarse temporalmente en los mismos campos para mejorar la fertilidad del suelo. Existen varias docenas de especies bastante fieles a este hábitat, incluyendo diversas amapolas, gladiolos de trigal, etc. Entre las más tempraneras suelen estar las de flor amarilla, que a menudo conforman una primera fase de color amarillo previa al rojo que lucen los campos mediados de la primavera, cuando la amapola común (Papaver rhoeas) acaba por adueñarse del paisaje. El color amarillo lo confieren sobre todo dos especies: la pamplina amarilla o cuernecillo (Hypecoum imberbe), y los doblones (Chrysanthemum segetum = Glebionis segetum); estos últimos, las conocidas margaritas doradas de nuestros campos de cereal y bordes de caminos, deben su nombre común belalcazareño al aspecto de la inflorescencia, que recuerda a las antiguas monedas de oro.

Doblones (Chrysanthemum segetum) ©E. Laguna, 06.04.2007

LAS PLANTAS EPÍFITAS


Llamamos plantas epífitas a las que crecen sobre otras plantas. En la vegetación tropical existen especies exclusivamente epífitas, como muchas orquídeas y bromeliáceas actualmente usadas como plantas ornamentales de interior; si embargo, entre la flora mediterránea el epifitismo se reduce a algunas plantas inferiores, hongos y líquenes, y en las genuinas plantas vasculares (helechos y plantas superiores) se da sólo como alternativa de vida para especies que usualmente crecen sobre muros y roquedos, o más raramente en los herbazales y matorrales.  Una de nuestras epífitas más frecuentes es el ombliguillo u oreja de fraile, que agrupa a diversas especies del género Umbilicus, estando representada sobre todo en nuestra zona por U. rupestris.  Lo habitual, cuando crecen como epífitas, es observar estas plantas sobre la cara sombreada de los capiteles de las palmeras, o en los huecos y heridas de los árboles más viejos, aunque en los años lluviosos como éste pueden verse con mayor abundancia y con crecimiento más notable.

Ejemplar de Umbilicus rupestris sobre los troncos de falsas acacias en el barrio de Regiones. ©E. Laguna, 01.04.2013

2013/04/05

LA FUENTE DEL PILAR Y SUS MANADEROS


Vista de la fuente del Pilar y su abrevadero, con una hilera constante de agua rodeándolo hacia el Este ©E. Laguna.  ©E. Laguna, 29.03.2013
    
La fuente del Pilar del Belalcázar, construida hacia 1570, es la más monumental y representativa de la localidad. El agua llega allí canalizada, proviniendo en parte de mayor altura, por lo que no es raro ver en el muro que la rodean hacia el Sur -sobre todo en la cara que da a Cerro de la Penitencia-  algún rezume naciendo entre las piedras y la argamasa. Este año, la constancia y abundancia de las lluvias han convertido estos rezumes en manaderos  y a un lado del gran abrevadero del Pilar corre un pequeño riachuelo, inhabitual en los años precedentes.


Rezumes del muro que rodea la fuente, convertidos este año en pequeños manantiales ©E. Laguna, 29.03.2013    

LA NUEVA ESCULTURA DE SANTIAGO



Imagen del apóstol Santiago tallada por Manolo 'El Toqui', y que fue colocada hace pocas semanas en su hornacina. ©E. Laguna, 29.03.2013

La nueva estatua del apóstol Santiago ha lucido sobradamente esta Semana Santa, en su hornacina del portal de la Iglesia de Santiago el Mayor de Belalcázar. La escultura, tallada en piedra, es obra de nuestro artista local  Manuel López Sánchez ‘El Toqui’, y el proceso de elaboración y colocación puede verse en el excelente vídeo del blog de Rafa López Monje*, también colgado en Youtube**

Salida de la procesión de la Santa Vera Cruz el Viernes Santo, desde la Iglesia de Santiago. ©E. Laguna, 29.03.2013

2013/04/04

HIERBAS PAMPLINERAS


Seguro que habéis oído el adjetivo ‘pamplinero/a’. La palabra proviene de ‘pamplina’, que a su vez está relacionada con unas flores –aunque no se sepa muy bien en este caso qué es antes, si el huevo o la gallina-. Las pamplinas son hierbas anuales, usualmente de flores blancas, que forman minúsculos ramilletes, y que muchos de nuestros abuelos y bisabuelos probablemente lucieron alguna vez colocándolos en el ojal de la chaqueta. Se usaban como adorno –como las insignias o broches, pero mucho más baratos y fugaces-, ya fuera para galantear o como pieza conveniente del vestuario en los días festivos, si coincidían con la floración de esas especies.


Imágenes de dos especies de 'pamplinas' blancas, Cerastium gracile (arriba) y Cerastium glomeratum (abajo). ©E. Laguna, Belalcázar, 29.03.2013


Las pamplinas corresponden a géneros de la familia de las cariofiláceas como Cerastium, Stellaria, Moehringia, Arenaria o Spergularia, aunque es el primero el  que se usaba más a menudo, al tener las flores formando ya pequeños ramos sobre la planta. Son especies de tallos débiles y vida breve,  y abundan particularmente en los años lluviosos. Algunas plantas de otras familias botánicas reciben el mismo nombre, aunque suelen tener flores de otros colores, como ocurre con la pamplina amarilla (Hypecoum imberbe).


Pamplina amarilla (Hypecoum imberbe). ©E. Laguna 

DEMASIADA AGUA




Arroyo Caganchas a su paso por Belalcázar hace pocos días. ©E. Laguna, 31.03.2013

Por Belalcázar y el resto de Los Pedroches no se había visto tanta agua desde hacía décadas. Los arroyos van saturados, muchas de las sementeras se han malogrado en las partes más bajas de los campos, y los tejados de las casas viejas sostienen auténticos herbazales, con plantas más propias de los bordes de caminos. Lo mismo cabe decir del adoquinado de las calzadas allá donde aún se conserva, parecen jardines botánicos en miniatura.

Río Zújar a la altura del Paso de la Virgen. ©E. Laguna, 30.03.2013

Arroyo de la Jarilla o de Gahete –que parece haber derivado en los mapas como ‘Arroyo del Cohete’- ©E. Laguna, 02.04.2013

La climatología mediterránea alterna grandes ciclos de 4-7 años donde se repiten 4 modelos -años secos, húmedos, nuevamente secos, y muy húmedos-; se calcula que como promedio esta suma de 4 períodos dura unos 25 años y se repite periódicamente, sin merma de presentar ocasionalmente picos extremos tanto de años áridos como lluviosos. Desde octubre apenas si ha pasado algún día en que no cayera agua, y en muchos de ellos se ha sobrepasado con creces la capacidad de retención del suelo. Quizá los próximos 2 o 3 años tengan inviernos más secos, aunque no conviene poner la mano en el fuego....

Vista de la antigua fábrica de harinas belalcazareña, con los bordes del tejado repletos de vegetación. ©E. Laguna, 01.04.2013

Adoquinado de la 'Calle Larga' (c/Blas Infante) de Belalcázar, repleto de pequeñas plantas anuales como Sagina apetala, Polycarpon teraphyllum, etc.  ©E. Laguna, 02.04.2013

Ni que decir tiene que las lluvias no han dado tregua en la Semana Santa belalcazareña, en la que apenas pudo verse una de las procesiones la noche del Jueves Santo* y otra en la mañana del Viernes Santo**, con algún que otro achuchón de lluvia intermitente. Entre tanto, las flores del campo están 'que se salen', aunque esperando a que los días soleados les concedan la oportunidad de lucirse y atraer a los polinizadores.



Paso de la procesión ‘Jesús rogando en el huerto’ la noche del Jueves Santo de 2013. ©E. Laguna, 28.03.2013

Aspecto de los campos belalcazareños esta primavera.  ©E. Laguna, 30.03.2013

AVANZAN LAS PLANTAS INVASORAS


Hará unos 15 años, quizá menos, empezaron a verse por Belalcázar los primeros ejemplares de Oxalis pes-caprae,  una atractiva especie que algunos/as pensaban que podía ser cultivada, pero que realmente es una reputada mala hierba, muy extendida por las zonas costeras de la Península Ibérica y en continuo avance hacia el interior. Debió llegar con la tierra de algunas macetas, o con sus minúsculos bulbillos insertados entre las raíces o rizomas de otras plantas que sí que fueran objeto de cultivo ornamental o agrario. Hoy en día es ya planta habitual por el casco urbano, sobre todo en el barrio de Regiones. Lo más curioso de esta especie, procedente de Sudáfrica, es que las razas asilvestradas en España no parece producir semillas  y se reproducen exclusivamente por bulbillos, que probablemente son transportados por las aves de unas casas a otras.

Oxalis pes-caprae, fotografiada en Belalcázar. ©E. Laguna, 01.04.2013

Las especies del género Oxalis reciben usualmente el nombre de ‘acederilla’ o ‘vinagrilla’, dado el sabor ácido de sus hojas, que de hecho pueden consumirse de manera muy moderada –dada su alta concentración de ácido oxálico-. Hay por supuesto quien las confunde con tréboles, dada la forma de las hojas. Aunque en Europa existe alguna especie nativa como Oxalis acetosella –precisamente ‘acetosella’ hace mención al sabor avinagrado de sus hojas-, propia de abetales y otros bosques de alta montaña, las especie habituales son las alóctonas, que actúan a menudo como invasoras, tal y como ocurre con O. pes-caprae.    

LA ESPARRAGUERA AMARGA


Mata de esparraguera blanca con frutos. ©E. Laguna, 30.03.2013

Año de lluvias, año de espárragos. Además de las esparragueras trigueras (Asparagus acutifolius) –que a pesar de su nombre también son frecuentes en las manchas de monte- y de las cultivadas (A. officinalis) que a veces se asilvestran, en algunas zonas de Belalcázar y el resto de términos cercanos abunda la la esparraguera blanca o amarga (Asparagus albus), que  crece sobre todo en las zonas más abruptas o formando parte de los matorrales espinosos.

Espárrago de Asparagus albus, que apenas emerger del suelo empieza a mostrar ya lo que serán los carcaterísticos aguijones recurvados de los tallos. ©E. Laguna, 30.03.2013

El nombre albus proviene del color blanco de sus tallos, intrincados y recubiertos de fuertes espinas recurvadas, que protegen a la planta de los herbívoros. Las hojas son alargadas, algo carnosas, y suelen desaparecer hacia el verano. A diferencia de las esparragueras trigueras, que hacen los frutos negros en la madurez, los de las blancas son rojizos. Los espárragos son comestibles pero más amargos que los de las otras dos especies, y suelen tener un color más claro al emerger del suelo, tornándose pronto de color verde intenso.