2014/05/09

La reina de las flores

Aspecto de matas de Paeonia broteroi.  Izq.: Puerto de la Chimorra, entre Pozoblñanco y Alcaracejos, 04.2009. Der.: Mira de Aire, Portugal, 03.2011

La especie reina de las flores en esta época en Sierra Morena, floreciendo según la altitud entre marzo y mayo, es sin duda la peonía, Paeonia broteroi. Su nombre está dedicado a Félix Avelar Brotero (1744-1828), el más importante de los botánicos portugueses; la planta se distribuye desde el centro de Portugal hasta el Sur de España. P. broteroi es una especie rizomatosa que permanece bajo el suelo desde los momentos más secos del verano hasta al menos el otoño, o en los años más crudos el final del invierno, cuando emite unas hojas divididas en grandes lóbulos alargados, con largos peciolos que nacen del centro de la mata al nivel del suelo. Luego aparecen los tallos, jalonados por hojas similares y coronados por bellas flores de color rosado, parecidas a los de las escaramujos o rosales silvestres pero notablemente más grandes.

Ejemplar de P. broteroi, cultivado en Belalcázar. 17.04.2014

Las peonías son propias de zonas forestales, apareciendo en el sotobosque de encinares y otros tipos de bosques maduros, donde suelen disponerse en los claros para recibir adecuada iluminación. Es raro verlas fuera de esos hábitats salvo en zonas muy lluviosas, ya que son plantas exigente en humedad ambiental y en enclaves donde se retengan las nieblas y rocíos.

2014/05/07

Una gatuña especial

 Ejemplar en flor de Ononis varelae en las Vegas de Orea (Belalcázar). 04.2004.

Gatuña, uñagato o uña de gato es el nombre que reciben por Sierra Morena las plantas leguminosas del género Ononis, sobre todo las de flor rosada. El representante más común es la gatuña espinosa o quebrantabueyes, que florece a finales de primavera y a lo largo del verano. Sin embargo, por Belelcázar y los municipios cercanos podemos encontrar una planta parecida pero más humilde -de hasta 15-20 cm-, anual, con tallos verdes y carente de espinas, que florece hacia el principio de la primavera. Se trata de la especie Ononis varelae, que a diferencia de la gatuña espinosa es un endemismo, es decir, una planta que a nivel mundial tiene un área muy restringida. 

Imágenes de O. varelae. Belalcázar, 04.2014.

O. varelae tiene su centro de distribución en el tramo centro-oriental de Sierra Morena, siendo exclusiva de las provincias de Huelva, Sevilla, Córdoba y Jaén, donde aparece formando pequeños rodales en los claros forestales o en pastizales poco alterados sobre afloramientos de esquistos y pizarras. Se describió en 1986 por el Dr. Juan A. Devesa, actualmente director del Jardín Botánico y profesor de la Universidad de Córdoba, cuyo primer trabajo extenso de investigación, a principios de los años 80 del pasado siglo, versó sobre la flora silvestre del batolito de Los Pedroches.

2014/05/05

Olivillas silvestres y cultivadas


Aspecto de matas de olivilla (Teucrium fruticans) en la Estación de Belalcázar (El Viso). 20.04.2014

En estos días de principios de mayo va acabando la floración de la olivilla, el único representante de porte netamente arbustivo de las especies pedrocheñas del género Teucrium. La olivilla, Teucrium fruticans, es un arbusto que alcanza fácilmente 1,5 m de talla, y aunque pertenece a la familia de las Labiadas, sus flores no suelen presentar los típicos 2 labios que forman los pétalos en los tomillos, romeros, salvias o ajedreas; en los Teucrium no llega a apreciarse bien el labio superior porque los 2 pétalos que deberían formarlo no llegan a soldarse, lo que hace que las especies de ese género sean fáciles de separar del resto al primer golpe de vista. Distinguir luego entre las diferentes especies de Teucrium suele ser bastante más complicado, con raras excepciones como la de T. fruticans, que carece prácticamente de congéneres arbustivos de aspecto similar.

Flor de la olivilla. 20.04.2014.

La olivilla debe su nombre al aspecto estival de la planta, ya que en ese momento las hojas se reviran hacia el envés y puede recordar mucho a las de los acebuches u olivos silvestres. A cambio, en primavera, esas hojas están más extendidas y el color verde que poseen es más vivo que el de aquellas otras plantas. De hecho, en su porte primaveral, las olivillas son más fáciles de confundir de lejos con los romeros, por el tono de sus hojas y el color de sus flores.

Aspecto primaveral de la olivilla en el paraje de la Peña del Águila de Pozoblanco. El haz de las hojas es parecido al de los olivos en su color, pero posee mayor mayor anchura en proporción a la longitud. 13.04.2009.

Olivillas en pleno verano, cuando recuerdan por su aspecto a los 'chupones' o tallos basales de los pies de los olivos. Arroyo de la Tejera, Santa Eufemia, 08.08.2009.

Aunque estamos acostumbrados a ver esta planta entre la vegetación de la 'mancha' o matorral alto de Sierra Morena, la especie está restringida al S y SW de la Península Ibérica y áreas cercanas del N de África, estando ausente en gran parte de España. Allí a cambio se conocen sólo sus formas cultivadas, que ocasionalmente se naturalizan a poca distancia de los jardines, y que corresponden a razas seleccionadas a partir de las silvestres, en las que se han primado caracteres como el color floral, y sobre todo el tono de las hojas, eligiéndose tras sucesivas generaciones de cultivo las matas de color más ceniciento. Como planta cultivada tiene múltiples usos, ya que a la belleza de los ejemplares hay que unir su buena adaptación para formar setos y arriates. En estas formas de cultivo el riego estival impide que la hojas se reviren y adquieran el aspecto que inspira su parecido con las del olivo.



Plantas cultivadas en la Comunidad Valenciana. 12.02.2011 y 08.02.2010 (arriba) y 29.04.2007 (abajo).


2014/05/04

Los cantuesos belalcazareños

Los cantuesos son un grupo de especies del género Lavandula -parientes por tanto de las lavandas o espliegos-, que se diferencian bien de aquellas por poseer inflorescencias mucho más gruesas, parte de cuyas flores son a menudo estériles y están coronadas por un  penacho de brácteas coloreadas, en el extremo superior de las espigas. La especie-guía más extendida de este grupo en el Mediterráneo Occidental es Lavandula stoechas, aunque como ocurre en casi todos los géneros de la familia de las Labiadas -a la que también pertenecen plantas como los tomillos, romeros o salvias-, su escasa capacidad de dispersión natural hace que a lo largo de su área de distribución existan numerosas razas locales, y que en algunos casos se consideren verdaderas subespecies o especies bien diferenciadas. Esta baja dispersión es resultado de la falta de adaptaciones especiales de las semillas, que sólo pueden ser transportadas a corta distancia, a menudo de uno o pocos metros de la planta madre, gracias al trabajo laborioso de las hormigas.

'Conejitos' o inflorescencias de Lavandula pedunculata subsp. sampaiana [= L. sampaiana]. 20.04.2014

Los cantuesos reciben por Belalcázar a menudo el nombre de 'conejitos', aunque este título corresponde fundamentalmente a sus espigas florales. La razón bien entendible si atendéis a las fotos, donde destaca el penacho de brácteas coloreadas ya indicado. Las 'brácteas' son en realidad hojas transformadas, que protegen y cubren por su base a las verdaderas flores en la parte media e inferior de las espigas, disponiéndose encajadas como tejas o escamas.

Planta de L. pedunculata subsp. sampaiana, cuyos tallos no suelen elevarse más de 15 o 20 cm del suelo, coronados por largos pedúnculos que terminan en las inflorescencias. En ellas, las brácteas superiores suelen ser de longitud similar o algo inferior a la del resto de la espiga floral. 17.04.2014

En Belalcázar y su entorno dominan varias formas de cantuesos, y todas ellas podeen fanma local como plantas melíferas; de hecho la 'miel de romero' belalcazareña obtenida en primavera es en buena parte 'miel de cantueso'. Un grupo de estas plantas lo forman las matas de porte bajo con espigas florales cortas y brácteas del penacho moradas, adscritas a la especie Lavandula pedunculata, que debe su nombre a los largos pedúnculos o tallos sin hojas en cuyo extremo se agrupan las flores. En su forma más extrema y abundante, sobre todo en los malagones de pizarras negras al N del términmo municipal, se presenta lo que se ha denominado Lavandula sampaiana o L. pedunculata subsp. sampaiana, cuyos tallos forman cojinetes sin elevarse apenas del suelo. Alli y en otros sustratos puede verse tambien una forma arbustiva algo más elevada, con tallos no floridos de hasta 40-70 cm, que se acercan más al concepto tradicional de la ya citada L. pedunculata, aunque no acaban de presentar los caracteres óptimos de la subsp. pedunculata, como la posesión de penachos de brácteas superiores claramente mayores que todo el resto de la inflorescencia. Esas otras formas 'perfectas' de la subespecie pedunculata se dan sobre todo en los afloramientos silíceos de los macizos centrales y centro-orientales de la Península Ibérica, mientras que en Sierra Morena parecen mostrar a menudo transiciones con la subsp. sampaiana, tal y como ocurre en Belalcázar y su entorno geográfico.

Plantas morfológicamente más próximas a L. pedunculata subsp. pedunculata, en el Monte Malagón de Belalcázar. 17.04.2014




La otra forma presente es la Lavandula luisieri, más próxima a la especie-guía del grupo, L. stoechas, caracterizada porque sus inflorescencias no se sitúan sobre largos pedúnculos, sino al final de tallos bien cubiertos de hojas; al ogual que ocurría con L. sampaiana, muchos botánicos prefieren nombrar a los cantuesos de rabillo corto de nuestra zona como L. stoechas subsp. luisieri.

Inflorescencias de Lavandula stoechas subsp. luisieri, en la Estación de Belalcázar (El Viso de los Pedroches).  20.04.2014

La genuina L. stoechas subs. stoechas abunda sobre todo en el Sistema Ibérico y otras zonas del cuadrante NE de la Península Ibérica, y suele tener una talla moderada, a menudo de 50-80 cm; sus brácteas del penacho terminal son moradas o azulado-moradas de color más o menos intenso, parecidas a las ya indicadas de L. pedunculata. A cambio L. stoechas subsp. luisieri es una planta erecta bastante alta, de 1 a 1,5 m de talla, con inflorescencias de sección cuadrangular -con ángulos muy definidos- y penacho floral de tono azulado-rosado más claro. Abunda especialmente en las zonas centrales de Los Pedroches, y en el extremo occidental del valle sólo suele verse en afloramientos de cuarcitas y de pizarras rojas, como ocurre en buena parte de la Sierra de Santa Eufemia. En Belalcázar anda dispersa por algunos parajes, como los que hacen de límite con El Viso hacia el Coto del Salado y la Estación de Belalcázar.

Ejemplar de L. stoechas subsp. luisieri en las inmediaciones de la Estación de Belalcázar, alcanzando tallas similares a las de las jaras (Cistus ladanifer). 20.04.2014

Curiosidades de la acacia (Robinia pseudoacacia)

Estos días tenemos en flor la acacia, nombre que se da por Belalcázar y pueblos cercanos a la especie Robinia pseudoacacia, un árbol de origen americano. Se denomina en latín 'pseudoacacia' porque no es la verdadera acacia aunque la llamemos así; las que recibirían tal nombre así son las plantas del género Acacia, árboles y grandes arbustos mayoritariamente africanos y australianos. A esas genuinas acacias nosotros las llamamos 'mimosas'. A igual que ocurre con R. pseudoacacia, el nombre 'mimosa' también se aplica usurpándolo al que debería llevarlo, la Mimosa pudica, una especie herbácea o arbustiva baja de origen caribeño, conocida por la rapidez con que pliega las hojas cuando las tocamos.

Floración de la acacia, Robinia pseudoacacia.

Las flores de Robinia pseudoacacia se han consumido tradicionalmente como golosina infantil, y Los Pedroches no escapan a esta arraigada costumbre. El sabor varía según el grado de madurez, pero suele tener un regusto dulce, consecuencia del néctar que la flor acumula como recompensa para los insectos que la polinizan. Los racimos de flores reciben por Belalcázar el nombre de 'pan y quesillo'.

Flores de Robinia rosea.

Entre las curiosidades belalcazareñas relacionadas con las acacias debe destacarse la presencia de árboles de una especie muy similar, Robinia rosea, plantadas cerca de las Escuelas de Arriba. R. rosea es en todo similar a R. pseudoacacia excepto en su escasez de espinas y en las flores, de color rosa intenso. Es una planta francamente rara en la jardinería española, bastante más delicada que su congénere y a menudo injertada sobre los pies de aquella otra especie.