2007/09/13

La repoblación de autóctonas de Consolación se acerca a la mayoría de edad

Vista parcial de la repoblación, en su aspecto estival. © E. Laguna. 2007

La repoblación forestal con encina (Quercus rotundifolia = Q. ilex subsp. rotundifolia) y alcornoque (Quercus suber) en el paraje de la Ermita de Consolación de Belalcázar, muestra ya algunos ejemplares arbóreos productores de bellota, e incluso nuevos retoños, hijos de los que se empezaron a por Claudio Rodríguez hace ya más de 15 años. Las plantas se han ido cuidando año tras año gracias a su esfuerzo y al de algunos voluntarios que suben regularmente a la zona para regar los plantones o reponer marras. Aunque con el tiempo se han hecho otras repoblaciones en otros parajes belalcazareños, algunas subvencionadas, ésta de Consolación las precedió y puede presumir de la mayor talla de las plantas. Enhorabuena por el éxito, y que cunda el ejemplo.



Pie de alcornoque repoblado, que muestra ya el característico aspecto cuarteado de la corteza de corcho. © E. Laguna, 2007

Cortado el acceso público al paraje de la Cueva de la Osa de Pozoblanco

Paraje de la Cueva de la Osa © E. Laguna 2007

De nuevo -ya van varias veces en los últimos años- parajes singulares de la comarca del Valle de los Pedroches ven cortado su acceso incluso peatonal por la arbitrariedad de propietarios que vallan o cierran caminos considerados públicos, hecho que viene siendo sistemáticamente denunciado por el Grupo Gudamatilla. El antiguo camino de carretas de Pozoblanco a Obejo, sometido a sus correspondientes servidumbres de uso público, está cortado por una puerta con candado en el acceso al paraje de la Cueva de la Osa, cerca de La Canaleja (Pozoblanco). Esta es una zona singular, donde la vegetación exhibe una altísima diversidad arbustiva, incluyendo la presencia de especies raras en la comarca como el labiérnago de hoja ancha (Phillyrea latifolia = Ph. media), el orégano blanco (Origanum virens) o formas de grandes hojas del roble Quercus faginea subsp. faginea –con ejemplares que exhiben algunos caracteres propios de la subsp. broteroi, en parte transitorios a los del roble andaluz Quercus canariensis-. La Cueva de la Osa posee además importantes restos arqueológicos y un alto interés faunístico. El paso está cortado sólo para el paso de vehículos y peatones en el punto de contacto con la carretera que accede hasta la zona, aunque puede accederse a pie al paraje por puntos cercanos.
A pesar de la propiedad pública del camino (que aparece registrado en la cartografía SIGPAC como terreno de propiedad pública, diferente a la de toda la finca por la que discurre), el acceso ha sido vetado con cancela y candado, e indicando en un cartel que se trata de propiedad privada, sin que las autoridades competentes (en especial los verdaderos propietarios públicos del camino) parezcan haber dado señales de vida. ¿O quizá alguien ha concedido la correspondiente licencia de obra para colocar el cerramiento?.

Quercus faginea, en el paraje de la Cueva de la Osa © E. Laguna 2007

2007/09/12

La Cañada de la Aliseda de Pozoblanco, fuera de la red Natura 2000

Hojas de aliso (Alnus glutinosa), Cañada de la Aliseda, Pozoblanco. © E. Laguna 2007 .

Uno de los parajes más singulares de Pozoblanco, la Cañada de la Aliseda -o 'de la Eliseda', como la denominan muchos vecinos-, no ha sido incluida en la red Natura 2000 (red de lugares naturales merecedores de protección o normas reguladoras favorables de uso en toda la Unión Europea), a pesar de cumplir las condiciones que prevé para estos casos la Directiva 92/43/CEE, más conocida como Directiva de Hábitats, la principal norma de la Unión Europea en materia de conservación de la naturaleza. La zona recibe ese nombre por la presencia de excelentes fragmentos de bosques ribereños de aliso (Alnus glutinosa), que actúan como especie vegetal dominante, dando soporte a la supervivencia de numerosas especies singulares de fauna y flora silvestres; entre otras especies, se presenta en la zona una excelente población de vidueño o vid silvestre (Vitis vinifera subsp. sylvestris) sin trazas de hibridación, rasgo muy raro entre nuestros parrizos silvestres, cuyo genoma está a menudo contaminado por el cruce con las numerosas especies de vides americanas utilizadas en el pasado como portainjertos.
Las alisedas, y en especial las de carácter relíctico que permanecen acantonadas en ríos y riberas de sustrato silíceo en clima mediterráneo, están consideradas como hábitat prioritario en la Directiva citada, y existe la obligación de los gobiernos europeos -ransferida en parte a las Comunidades Autónomas en el caso español- de proponerlas para su inclusión en la red Natura 2000; esta obligación puede eludirse o someterse al dictamen de las correspondientes autoridades europeas en el caso de sitios de mala calidad ambiental, o cuando el tipo de hábitat es muy abundante en un territorio -en cuyo caso deben elegirse los mejores fragmentos o al menos los que tienen una extensión superficial más notable-. Las alisedas no son en absoluto hábitats abundantes en Andalucía, ni en general en la España mediterránea, por lo que lo óptimo sería haber incluido este paraje en la amplia representación española de la red Natura 2000.



Ejemplares de aliso parcialmente cubiertos de parrizos (Vitis vinifera subsp. sylvestris) en la Cañada de la Aliseda © E. Laguna 2007

La grafiosis acaba con las olmedas belalcazareñas

Olmos enfermos de grafiosis, en el arroyo de Consolación de Belalcázar © E. Laguna 2007
La grafiosis, enfermedad producida por el hongo Ceratocystis ulmii que obstruye los vasos conductores de más de 1 o 2 años de edad en la mayoría de especies de olmos (género Ulmus), produciendo la muerte de las partes leñosas aéreas de estos árboles, avanza implacable desde hace tiempo por los ríos y arroyos del Valle de los Pedroches. En los últimos años, la mayoría de pequeñas olmedas belalcazareñas, y en particular las situadas en arroyos sometidos a procesos más severos de estiaje, se han secado irremediablemente, como puede verse en las imágenes, tomadas en el que discurre cerca de la Ermita de Ntra. Sra. de Consolación; otro tanto puede verse en otras olmedas del Valle, como las de la vertiente de La Fontanilla (Hinojosa del Duque). El olmo común (Ulmus minor), otrora árbol imponente, queda así convertido en un arbusto, obligado a rebrotar permanentemente cada año al pie de los viejos troncos muertos, ya que los nuevos tallos están condenados a secarse al año siguiente, o a lo sumo en el plazo de 2 o 3 temporadas. Aunque en los bordes de carreteras se observa el desarrollo de ejemplares aislados de nuevos olmos, éstos corresponden sobre todo al Olmo de Siberia (Ulmus pumila), una especie exótica invasora resistente a la grafiosis y más permisiva con la desecación del suelo. Nuestro olmo autóctono tiene la hoja más redondeada, aserrada con dientes dobles, y de base desigual (los dos lóbulos de la base del limbo no se unen al peciolo a la misma altura), mientras que en el olmo siberiano las hojas son mucho más alargadas, con dientes simples y con la base más simétrica.

Refuerzo de las poblaciones de trébol de cuatro hojas (Marsilea batardae)

Ejemplar belalcazareño de Marsilea batardae © E. Laguna, 2006

Las poblaciones andaluzas del helecho acuático conocido como ‘trébol de cuatro hojas’ (Marsilea batardae) se concentran sobre todo en arroyos pizarrosos de Belalcázar e Hinojosa del Duque, donde alcanzan unas pocas docenas de ejemplares. Recientemente, expertos en conservación de la Junta de Andalucía han acometido el refuerzo (repoblación) experimental de las poblaciones de ambos términos municipales. Para ello, se recogieron en los años anteriores los esporocarpos (cuerpos fructíferos que contienen las esporas) y se produjeron en laboratorio y vivero nuevas plantas para acometer la plantación. Con estos refuerzos poblacionales se aumenta el número de ejemplares, asegurando mejor la conservación de la especie a largo plazo. La presencia de estas plantas es todo un privilegio naturalístico para la cuenca pedrocheña del río Zújar, ya que las marsileas son uno de los grupos de plantas más antiguos del planeta, formado por auténticos fósiles vivientes. El caso de M. batardae es aún más singular, ya que se trata de una especie endémica del área de vegetación luso-extremadurense (en el que se incluye toda esta zona de los Pedroches, además de gran parte de las extremaduras española y portuguesa y otras comarcas o regiones colindantes), que ocupa parte del cuadrante sudoccidental de la península Ibérica, no estando representada en otras zonas del planeta.


Mata de M. batardae en Hinojosa del Duque. © E. Laguna, 2006