2015/04/20

La fase blanca de los pastos pedrocheños



A menudo antes de la ‘fase amarilla’ que suelen protagonizar en los prados altos y cultivos cerealistas de Los Pedroches especies como la pamplina dorada (Hypecoum procumbens) o los doblones (Chrysanthemum coronarium), o coincidiendo con ella en el tiempo, se da otra de color blanco o crema dominada por el rabanillo silvestre (Raphanus raphanistrum). Esta fase es similar a la que en la parte oriental de la península domina la rabaniza  o jaramago blanco (Diplotaxis erucoides), pero en el caso del Raphabus las plantas suelen ser más altas y corpulentas, lo que les permite sobresalir entre los sembrados de cereal aún no granados. 


Márgenes y campos dominados por el rabanillo silvestre, anexos al camino de Las Mangadas -El Viso, cerca del límite de término con Belalcázar por la Junta de los Ríos-. 07/04/2015.

El rabanillo es el principal pariente silvestre del rábano común o cultivado (Raphanus sativus), pero a diferencia de aquél no tiene raíces o cuello radicular engrosados, ni es objeto de cultivo. Sin embargo, el sabor de sus flores y frutos es prácticamente idéntico, y puede consumirse en pequeñas cantidades si esas partes se recolectan tiernas. También pueden consumirse sus ‘germinados’ o plántulas antes de que empiecen a desarrollar las verdaderas hojas.

Aspecto de una planta de Raphanus raphanistrum. 07/04/2015. 

Esta especie pertenece, como los jaramagos, a la familia de las Crucíferas, caracterizada por tener flores de 4 pétalos dispuestos en cruz. Los del rabanillo son de color blanco, crema o raramente blanco-amarillento, a menudo con venas violáceas, aunque no suelen ser tan marcadas como las de la oruga (Eruca sativa, a menudo llamada por su nombre italiano castellanizado, rúcula).  Dentro de la especie R. raphanistrum se reconocen varias subespecies, y la forma presente por Belalcázar y términos cercanos corresponde a la subsp. raphanistrum.

Flores de R. raphanistrum subsp. raphanistrum. 07/04/2015.

Frutos de R. raphanistrum, muy parecidos a los del rábano cultivado (R. sativus) pero más pequeños y delgados. 07/04/2015.

2015/04/19

Plantas de raíces someras y profundas



Matorrales dominados por la abulaga y el cantueso, floreciendo estos días de abril por Belalcázar.
 
Dentro de las familias de plantas de los montes belalcazareños, se reparten por igual especies  colonizadoras de suelos profundos o someros. Las mejores indicadoras de los suelos profundos son las leguminosas, de las que son buenos representantes las hiniestas (género Cytisus) y las retamas (género Retama). No obstante, algunas como las abulagas (Genista hirsuta) aparecen con frecuencia en los malagones o afloramientos masivos de pizarras, donde resulta evidente la escasez de suelo superficial; en tales ambientes de suelos someros, la estrategia de la abulaga es producir una cantidad ingente de semillas, de modo que tras su germinación sólo prosperarán las plantas que encuentren una veta terrosa suficientemente profunda entre las lajas de la pizarra, la cuarcita u otras rocas duras que dominan el paisaje. En esas circunstancias emiten raíces que pueden llegar a medir varios metros de profundidad, rompiendo la roca bajo el suelo.

 Imágenes de abulaga (Genista hirsuta subsp. hirsuta). Belalcázar, 02/04/2015

 
El extremo inverso a las leguminosas lo ocupan dos de las familias botánicas más características del paisaje local, como son las Cistáceas y las Labiadas. A la primera pertenecenh las jaras y jaguarzos, que o bien se sitúan directamente sobre esos mismos suelos someros –a veces poco pedregosos en superficie pero de poca profundidad efectiva-, o bien, cuando crecen en los más profundos, ocupan una primera etapa del matorral de la que pueden ser desplazados con relativa facilidad a lo largo del tiempo por otras de fases más avanzadas, y en especial por las Quercíneas como encinas, alcornoques, coscojas, etc.

Cantueso de la especie Lavandula sampaiana. Belalcázar, 02/04/2015

Las Labiadas o Lamiáceas deben su nombre a que muchas de sus especies poseen flores con aspecto de boca con dos labios, y a esa familia corresponden gran parte de las plantas aromáticas del matorral como tomillos o cantuesos, abundantes sobre todo en los pizarrales. De estos últimos, en estos días florecen los ‘conejitos’ o cantuesos de rabillo largo (Lavandula sampaiana) , la más frecuente de las plantas de su grupo en Belalcázar.