Ejemplares de grulla en las dehesas de Belalcázar. © Luis Fernández Torrero, 2007
Si hace un par de mensajes hablábamos de las flores otoñales, otro tanto toca decir de la fauna, por supuesto. Entre otros visitantes regulares tenemos a nuestras bienvenidas grullas, que año tras año acuden a muchos de nuestros parajes esteparios y dehesas, siempre que no ande muy lejos el agua de pontones, navajos y riachuelos. Luis Fernández nos ha pasado estas excelentes fotografías tomadas hace pocos días por La Jarilla y Cubillana. Tanto el nombre científico de la grulla (Grus grus) como el popular, hacen referencia a su particular canto, que empieza a oirse a mediados del otoño cuando atraviesan el cielo en preciosas formaciones en forma de V o punta de flecha. Hay información útil para conocer la especie en la 'Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles' (http://www.vertebradosibericos.org/aves/grugru.html). También podéis conocer más sobre la especie en la página web de ADENEX (www.adenex.org), colectivo que recientemente celebró el 'XVI Dia de las Grullas'.
Seguro que entre los lectores de más edad del blog no faltará quien recuerde que, antes de ser especie protegida, la grulla era objeto de consumo humano; no pocos pastores belalcazareños llevaron en sus zurrones la célebre longaniza de grulla, de la que loaban su excelente sabor y textura.
Como sabéis, se ha desatado en los últimos años en el Valle una cierta polémica sobre el daño potencial que podían hacer estos bellos animales protegidos a la producción de las dehesas, dada la cantidad de bellotas que pueden consumir (ver referencias en el blog de Solienses*); aunque los trabajos científicos desarrollados hasta el momento demuestran que tales cantidades son relativamente bajas, lo lógico sería que si una vez valorados los daños se consideran suficientemente significativos, las administraciones responsables articulen las adecuadas medidas de compensación, como se hace con otras especies en diversos puntos de España.