Este es el invierno más seco que se recuerda en la zona mediterráneo-atlántica de la península Ibérica desde los famosos 'años del hambre' de la década de 1940, cuando a la pobreza generada por la Guerra Civil española se unió una sucesión de inviernos fríos y poco lluviosos que extinguió toda esperanza de buenas cosechas en el campo. El invierno de 2011-2012 ha sido además especialmente raro, porque además de sucedes a un año meteorológico lluvioso -eso hizo germinar a muchas de nuestras hierbas a finales del otoño-, se ha caracterizado por la sucesión de fríos intensos y periodos muy cálidos; estos factores aceleran la floración de las especies que necesitan vernalización prolongada (p.ej. los narcisos, muchas de nuestras orquídeas, numerosos frutales) , por lo que algunas de ellas se han visto en flor incluso algo antes de lo previsto.
Almendro en flor, Prunus dulcis ©E.
Laguna, 03.2010
No obstante la mayoría de nuestras especies responden como señal primaria a un estímulo de acumulación de horas de luz, por lo que sus floraciones a lo sumo se atrasan o adelantan ligeramente (hasta 2-3 semanas) por efecto de la temperatura, siendo relativamente fieles a las épocas en que se les atribuye a menudo el nombre -p.ej. las plantas con nombres vernáculos ligados al santoral católico, como las 'varitas de San José'.
Asphodelus fistulosus (gamoncillo) , una de las especies que suelen recibir el nombre de 'Varita de San José' ©E.
Laguna, 03.2012
Ahora falta por ver el efecto de la sequía en la floración de la mayoría de plantas, y conviene que los aficionados a la fotografía tengan preparadas sus cámaras. Los años secos no suelen ser muy generosos en diversidad de plantas en flor, pero a cambio el escaso crecimiento del pasto, y en especial de las gramíneas y leguminosas, permite que algunas especies de otras familias botánicas literalmente 'se apoderen' del paisaje, dando lugar a panorámicas espectaculares, como las que suele protagonizar en estos casos el salvadillo (Spergularia purpurea = S. rubens subsp. longipes) cubriendo lomas pizarrosas. Que acabe tiñendo los montes belalcazareños y de otras localidades próximas de Los Pedroches con su exquisito color púrpura es solo cuestión del hambre de las ovejas, que siempre preferirán tirar bocado de plantas más elevadas y de mejor gusto. Curiosamente, como ya investigó en su día Claudio Rodríguez, el nombre 'salvadillo' proviene del aspecto de los restos de plantas secas que quedan en el hocico de las ovejas cuando pastorean los montes ya a finales de primavera; los restos de plantas secas adheridas al hocico recuerdan el aspecto del salvado de cereal.
Salvadillo, Spergularia purpurea ©E.
Laguna, 05.2006