2016/06/27

Plantas sanjuaneras

Verbena común (Verbena officinalis)

Alguna vez hemos comentado el caso de las plantas que florecen en torno a la fecha de San Juan, a las que a menudo se han atribuido desde tiempos antiguos caracteres mágicos. De entre esas especies, la que tuvo probablemente más fama fue sin duda la verbena común (Verbena officinalis), especie relativamente abundante en gran parte de Europa, que crece a menudo en ambientes propios de la actividad humana como bordes de caminos, lindes de huertos, etc. Aunque la planta tiene propiedades medicinales, sobre todo como analgésica, también tenía efectos curativos menores sobre un amplio arco de enfermedades, por lo que se la consideró casi -e inmerecidamente- como una panacea.

 
Aspecto general e inflorescencia de la Verbena común.

La noche de San Juan, para celebrar el solsticio de verano, se consolidó durante siglos en muchas zonas del continente europeo la tradición de recolectar hierbas, a las que se atribuían propiedades extraordinarias, como la verbena. Es recolección se acompañaba de diversas formas de festejos tradicionales, llamándose en muchas regiones 'fiesta de la verbena', ya que ésta era la principal especie recogida en el campo. De aquellas fiestas de la verbena por San Juan se heredó en nuestro vocabulario la 'verbena de San Juan', expresión que primero correspondió a la planta pero finalmente a toda la fiesta que se celebraba para esa fecha.

Detalle del tallo floral y flores de Verbena officinalis.

En último término, en la lengua castellana se produjo una auténtica transferencia de significado entre palabras, de modo que 'verbena' ha acabado significando 'fiesta', cuando su origen era realmente la festividad de recolección de hierbas, entre las que destacaba por ser más apreciada la Verbena officinalis

Planta belalcazareña de la verbena menor (Verbena supina), creciendo entre verdolagas (Portulaca oleracea).

La verbena común es una especie frecuente en Belalcázar, abundando en ocasiones cerca de fuentes y arroyos, aunque no sea una especie estrictamente acuática. Tenemos a cambio una segunda especie de este mismo género, Verbena supina, más pequeña y de floración más atrasada hacia el centro del verano, que no suele andar nunca lejos del agua de arroyos, charcas o tablas. A diferencia de la verbena común, ésta otra tiene hojas más divididas, pelosas y de tonos más grisáceos, y no parece que despertara en el pasado el interés de su congénere -del que hoy en día sabemos que no posee propiedades curativas especialmente reseñables.

Verbena supina.