Se acercan ya la Semana Santa y la Virgen de la Alcantarilla y más de uno no puede resistirse a ir preparando ya el 'resol', la más típica bebida espirituosa zorruna. El 'alma mater' del resol son sin duda la cazalla y los granos de café, pero suele llevarse la palma (sin merecerla, ya que apenas si aporta una pizca de aroma) la yerba luisa o hierba luisa, Lippia triphylla (=L. citriodora, =Aloysia triphylla), arbusto o arbolillo de origen neotropical (América tropical) de la familia de las verbenas, con tallos frágiles y angulosos que portan las hojas por grupos de 3. Lo más acarcterístico es el olor alimonado (de ahí el apellido 'citriodora') que desprenden las hojas, lustrosas, muy alargadas y algo rígidas, de color verde amarillento, y a veces cortantes por el borde.
Conviene recoger las hojas hacia el verano u otoño y guardarlas en sitio fresco, aireadas pero a resguardado del sol y el viento (que extraerían fácilmente las esencias que dan ese punto de aroma al licor). Acertar con ella en la fabricación del resol es cuestión de 'tiento' y experiencia, y es fácil pasarse de la raya (en cuyo caso el licor puede resultar ligeramente amargo, aunque eso no disgusta necesariamente a muchos).
No se tiene muy claro de dónde proviene el nombre popular, ni su relación con el científico 'Aloysia', popularizado en otros países como 'Aloisa'; en todo caso ha acabado teniendo en nuestras latitudes nombre como 'maria luisa'.
Es una especie sensible a los fríos intensos, pero que soporta bien los inviernos crudos si se le somete a podas severas (hay quien incluso prefiere cortar la mata casi a ras de suelo cada año, aporcándole mantillo para acabar de proteger las yemas); no obstante, suele aguantar bien podando la mata a media altura, entre medio y un metro, o a más talla en sitios más cálidos. Que nadie se asuste si parece que se le muera en otoño, es sólo que se trata de una planta caducifolia.