Ejemplar de Mandragora autumnalis en el Jardín Botánico de Valencia, procedente de rizoma belalcazareño. Octubre 2014.
Tras unos meses de aclimatación, al final de los cuales ya empezó a florecer a finales del pasado invierno, el rizoma de mandrágora alcanzó un tamaño suficiente para ser dividido en varios fragmentos, lo que permitió la obtención de nuevas plantas ya instaladas sobre suelo, que han empezado a florecer al mediados de octubre de 2014.