2011/03/02

Flores que se adelantan a la primavera


Junquillo de huerta o de jardín (Narcissus tazetta), tradicionalmente cultivado en Belalcázar y el resto de Los Pedroches. © E. Laguna, 28.01.2011

Pocas semanas antes de que empiece la primavera aparecen las primeras flores del año, incluyendo a algunas que lo hacen indiferentemente a finales del otoño, o que incluso llegan a florecer 2 veces (otoño y finales del invierno), como puede ocurrir con las mandrágoras, ya mencionadas en otras ocasiones en el blog, o nuestros animados junquillos de huerta (Narcissus tazetta). A menudo se trata de especies que necesitan acumular un número determinado de horas de frío para poder florecer, o en su caso para fructificar; los años de inviernos más fríos nos resultan molestos pero son los que provocan mejores cosechas de la mayoría de rosáceas (peral, manzano, ciruelo, cerezo, almendro, membrillero, etc.), que empiezan a echar también sus flores o están a punto de hacerlo.

Entre las flores más sencillas de toda nuestra flora silvestre están las del fresno de río (Fraxinus angustifolia), a quien como véis en la imagen le basta con tener un par de estambres alrededor del carpelo, sin que se aprecien a simple vista pétalos o sépalos. © E. Laguna, 02.03.2011

Sin embargo, algunas de las plantas que florecen en esta época pasan desapercibidas, quizá por ser poco atractivas o por vivir en lugares poco frecuentados. Entre ellas hay que incluir a muchos de los árboles de ribera con hojas caducas como olmos, álamos, sauces, chopos o fresnos. Estas especies suelen aprovechar el viento tanto para dispersar su polen como para hacer viajar sus frutos o semillas a sitios más lejanos; partiendo de esa idea, resulta claro que les interesa florecer antes de emitir las hojas nuevas, ya que así el polen encontrará pocos obstáculos para viajar de unas flores a otras, o para alcanzar las flores femeninas en aquellas especies en las que se encuentran separadas de las masculinas o instaladas sobre pies diferentes.

Glomérulos de flores del olmo común (Ulmus minor). © E. Laguna, 12.02.2011

La estrategia de la floración temprana se complementa con la de una fructificación rápida, de modo que en pocas semanas los frutos, a menudo adaptados a ese transporte por el viento o el agua, puedan desplazarse lo antes posible. Los árboles citados no tardan por tanto varios meses en producir sus frutos, como hacen a cambio la mayoría de árboles que pueblan nuestros campos y montes (encinas, madroños, etc.)

Amento (espiga colgante) con flores masculinas de álamo (Populus alba). © E. Laguna, 02.03.2011