Aspecto de matas de olivilla (Teucrium fruticans) en la Estación de Belalcázar (El Viso). 20.04.2014
En estos días de principios de mayo va acabando la floración de la olivilla, el único representante de porte netamente arbustivo de las especies pedrocheñas del género Teucrium. La olivilla, Teucrium fruticans, es un arbusto que alcanza fácilmente 1,5 m de talla, y aunque pertenece a la familia de las Labiadas, sus flores no suelen presentar los típicos 2 labios que forman los pétalos en los tomillos, romeros, salvias o ajedreas; en los Teucrium no llega a apreciarse bien el labio superior porque los 2 pétalos que deberían formarlo no llegan a soldarse, lo que hace que las especies de ese género sean fáciles de separar del resto al primer golpe de vista. Distinguir luego entre las diferentes especies de Teucrium suele ser bastante más complicado, con raras excepciones como la de T. fruticans, que carece prácticamente de congéneres arbustivos de aspecto similar.
Flor de la olivilla. 20.04.2014.
La olivilla debe su nombre al aspecto estival de la planta, ya que en ese momento las hojas se reviran hacia el envés y puede recordar mucho a las de los acebuches u olivos silvestres. A cambio, en primavera, esas hojas están más extendidas y el color verde que poseen es más vivo que el de aquellas otras plantas. De hecho, en su porte primaveral, las olivillas son más fáciles de confundir de lejos con los romeros, por el tono de sus hojas y el color de sus flores.
Aspecto primaveral de la olivilla en el paraje de la Peña del Águila de Pozoblanco. El haz de las hojas es parecido al de los olivos en su color, pero posee mayor mayor anchura en proporción a la longitud. 13.04.2009.
Olivillas en pleno verano, cuando recuerdan por su aspecto a los 'chupones' o tallos basales de los pies de los olivos. Arroyo de la Tejera, Santa Eufemia, 08.08.2009.
Aunque estamos acostumbrados a ver esta planta entre la vegetación de la 'mancha' o matorral alto de Sierra Morena, la especie está restringida al S y SW de la Península Ibérica y áreas cercanas del N de África, estando ausente en gran parte de España. Allí a cambio se conocen sólo sus formas cultivadas, que ocasionalmente se naturalizan a poca distancia de los jardines, y que corresponden a razas seleccionadas a partir de las silvestres, en las que se han primado caracteres como el color floral, y sobre todo el tono de las hojas, eligiéndose tras sucesivas generaciones de cultivo las matas de color más ceniciento. Como planta cultivada tiene múltiples usos, ya que a la belleza de los ejemplares hay que unir su buena adaptación para formar setos y arriates. En estas formas de cultivo el riego estival impide que la hojas se reviren y adquieran el aspecto que inspira su parecido con las del olivo.
Plantas cultivadas en la Comunidad Valenciana. 12.02.2011 y 08.02.2010 (arriba) y 29.04.2007 (abajo).