Hará unos 15 años, quizá menos, empezaron a verse por
Belalcázar los primeros ejemplares de Oxalis
pes-caprae, una atractiva especie
que algunos/as pensaban que podía ser cultivada, pero que realmente es una
reputada mala hierba, muy extendida por las zonas costeras de la Península
Ibérica y en continuo avance hacia el interior. Debió llegar con la tierra de
algunas macetas, o con sus minúsculos bulbillos insertados entre las raíces o
rizomas de otras plantas que sí que fueran objeto de cultivo ornamental o
agrario. Hoy en día es ya planta habitual por el casco urbano, sobre todo en el
barrio de Regiones. Lo más curioso de esta especie, procedente de Sudáfrica, es
que las razas asilvestradas en España no parece producir semillas y se reproducen exclusivamente por bulbillos,
que probablemente son transportados por las aves de unas casas a otras.
Oxalis pes-caprae,
fotografiada en Belalcázar. ©E. Laguna, 01.04.2013
Las especies del género Oxalis
reciben usualmente el nombre de ‘acederilla’ o ‘vinagrilla’, dado el sabor
ácido de sus hojas, que de hecho pueden consumirse de manera muy moderada –dada
su alta concentración de ácido oxálico-. Hay por supuesto quien las confunde
con tréboles, dada la forma de las hojas. Aunque en Europa existe alguna especie
nativa como Oxalis acetosella –precisamente
‘acetosella’ hace mención al sabor avinagrado de sus hojas-, propia de abetales
y otros bosques de alta montaña, las especie habituales son las alóctonas, que
actúan a menudo como invasoras, tal y como ocurre con O. pes-caprae.