Las lluvias en 2016 han sido irregulares y se han interrumpido con ciclos demasiado largos de días secos y cálidos, lo que ha dado lugar a un crecimiento de la vegetación inferior a lo previsibles, bien notable en las sementeras de cereal. Aunque en algunos días haya rebosado el agua con fuerza por los aliviaderos de las fuentes y albercas, los campos se han quedado cortos de agua, y ello redunda en cierta abundancia de flores -dado que en años de primaveras no muy lluviosas suelen alcanzar más talla que las gramíneas de los herbazales.
Dehesa belalcazareña de encina con cereal, con talla menor de lo esperado y puntas secas a finales de marzo de 2016.
Campo de cereal, apenas visible, superado por la floración del saltaojos amarillo (Anacyclus radiatus) en El Viso.