2018/04/07

El despertar de los acantos

En estos días del primer tramo de la primavera emergen del suelo las hojas de los acantos, plantas conocidas en Belalcázar bajo el nombre popular de 'ala de ángel', por el aspecto de sus hojas. Aunque a menudo se han considerado nativos, la mayoría de botánicos españoles consideran que el acanto (Acanthus mollis) es una especie introducida en época antigua y posteriormente asilvestrado de modo natural, al caer sus semillas en ambientes propicios, sobre todo riberas de ríos y sotobosques umbrosos.

Emergencia de las hojas nuevas del ala de ángel, Acanthus mollis, en el jardín de la plaza de Sebastián de Belalcázar, 30.03.2018

En Belalcázar se cultiva a menudo en las casas, en suelo o en grandes macetas. También podemos observarlo cultivado en exterior, como ocurre en el la plaza de Sebastián de Belalcázar, donde la mano del jardinero municipal ha sabido mantenerla desde hace décadas. La planta es ligeramente rizomatosa pudiendo formar colonias de pocos ejemplares, pero se propaga fundamentalmente a través de semillas, que están encerradas en frutos elípticos defendidos por sépalos fuertemente espinosos.

 
Ejemplares en flor de ala de ángel, y detalle de la furctificación. Quart de Poblet, Valencia, 19.05.2006 y 03.06.2006.

La palabra Acanthus corresponde al nombre con el que se designaba esta especie en latín en época romana, y deriva de un término griego que significa 'espina'; el epíteto mollis hace a cambio referencia a la textura blanda de las hojas de la planta. Además de por su utilización en jardinería y por algunas propiedades medicinales, el acanto es sobre todo conocido por su uso como motivo arquitectónico, al ser el principal elemento representado en los capiteles de estilo corintio; el orden corintio se inició hacia el siglo IV a.C., y la forma de sus capiteles se extendió ampliamente en estilos arquitectónicos posteriores.

Capitel de columna románica del siglo XI representando las hojas de acanto, conservado como pieza museística en la catedral de Burgos.