Anuncio de las virtudes del bálsamo de ruda, en el puesto de venta de hierbas medicinales durante la reciente feria del Medievo de Belalcázar. Seremos benévolos perdonando la B de 'Berrugas'. © E. Laguna, 25.07.2010
La ruda o 'rúa' es una de las pocas especies que se atreven a florecer en pleno verano belalcazareño. El nombre científico de la planta que habita en nuestros matorrales es Ruta montana, y aunque posee hojas grisáceas estrechas y muy divididas, en verano destaca más por el color verde-amarillento de sus largos y abundantes tallos. Es frecuente en los matorrales y cunetas. Esta especie no debe confundirse con las rudas cultivadas, que suelen corresponder a la especie Ruta graveolens (nativa de otras zonas del Mediterráneo y aquí introducida como planta medicinal y ornamental), R. chalepensis (silvestre en muchas partes de la península Ibérica) y posibles híbridos de jardinería entre ambas especies.
Ruda (Ruta montana) con su aspecto estival (arriba, 04.08.2007, Cabeza del Buey) y primaveral (abajo, 06.04.2007, Belalcázar). © E. Laguna
Las rudas tienen un afamado elenco de virtudes medicinales, mayoritariamente atribuidas a su aceite esencial y a un glucósido -la rutina- contenido en las diferentes partes de la planta, que actúan especialmente sobre el sistema circulatorio y para la regulación de los problemas menstruales; estas especies tiene igualmente fama de abortiva, tanto para el ser humano como para el ganado. Además de los compuestos citados poseen diversos alcaloides, cumarinas, etc. que como los anteriores tienen una altas toxicidad, por lo que su empleo debe reservarse a profesionales debidamente cualificados en fitoterapia. Además de su olor particularmente desagradable, las rudas suelen reconocerse por producir en ocasiones fuertes dermatitis de contacto; en muchas personas sensibles a estas plantas las dermatitis se producen por compuestos fotosensibles contenidos en las hojas y tallos, que reaccionan a la incidencia de los rayos UV. Por ello, tras el contacto accidental con la planta, es recomendable tapar inmediatamente la zona afectada de la piel con una tela (p.ej., un pañuelo) para que no reciba la luz del sol, lo que evita que se active la reacción alérgica; posteriormente debe acudirse al centro de salud para recibir el tratamiento adecuado.
Formas cultivadas de Ruta chalepensis en flor (10.03.2007, Valencia) y fruto (23.05.2010. Jardín Mediterráneo de L'Albarda, Pedreguer, Alicante). © E. Laguna
Las dermatitis son igualmente producidas por otras rutáceas nativas mediterráneas, que en el sur de la península Ibérica se reúnen en los géneros Ruta, Haplophyllum y Dictamnus; de todas ellas, por Belalcázar y su entorno cercano solo se ha localizado la ya citada Ruta montana. Curiosamente las rutáceas más conocidas para la mayoría de la gente, los árboles del grupo de los cítricos (naranjos, limoneros, mandarinos, bergamotos, cidros, etc.) no suelen producir reacciones de este tipo, salvo a personas extremadamente sensibles. Los cítricos cultivados corresponden fundamentalmente al género Citrus, y en menor medida a Poncirus (poncileros) y Fortunella (kuomquats).