2010/08/01

Los cardos marianos

Característico aspecto de las hojas del cardo mariano (Silybum marianum), el más abundante de nuestros cardos borriqueros. © E. Laguna, Belalcázar, 14.04.2006.

El nombre ‘cardo mariano’ es una adaptación del nombre científico de uno de nuestras ‘cardos borriqueros’ más habituales. Se trata de la especie Silybum marianum (L.) Gaertner (= Carduus marianus L.). Los botánicos denominamos ‘mariano/a’ o ‘mariánico/a’ a las plantas de Sierra Morena, o que teniendo un área de distribución más amplia fueron inicialmente descritas con material vegetal de esta zona. En el argot botánico, tan lleno de latinismos, Sierra Morena es de hecho ‘la Cordillera Mariánica’; ya hemos hablado en alguna ocasión de alguna especie con este apelativo, como la dedalera Digitalis mariana.


Aspecto primaveral y estival de los capítulos florales de Silybum marianum. Belalcázar, 16.04.2006 y 02.08.2009. © E. Laguna.

Silybum marianum es uno de nuestros cardos más abundantes, y de hecho es frecuente en zonas de intensa actividad humana o del ganado en buena parte de los países mediterráneos. Se distingue bien de la mayoría de sus congéneres por sus brillantes y grandes hojas de color verde oscuro con abundantes manchas blancas, y por sus capítulos florales, que recuerdan a los de las alcachofas pero son normalmente más achatados y con espinas más robustas desde su base. Esos mismos capítulos, en estado juvenil (cuando tienen aún poco desarrolladas las espinas) aún se recolectan y consumen como los alcanciles en algunas zonas del Norte de España. Probablemente, para la mayoría de lectores del blog, esta especie es el 'cardo borriquero' por excelencia, y quizá otros lo conozcan como 'cardo manchado', nombre que recibe en otras zonas por el aspecto de sus hojas.

En algunas zonas de la península Ibérica abunda también una segunda especie de este género que no hemos localizado por Belalcázar y su entorno, Silybum eburneum Coss. & Durieu, y que recordando al cardo mariano se diferencia de éste por su particular colorido, donde dominan más los tonos blancos y violáceos; ‘eburneum’ es un apelativo que hace mención al color del marfil. En el capítulo floral de S. eburneum las espinas de las brácteas medias e inferiores permanecen erectas en la madurez floral, mientras las superiores se revuelven hacia el exterior; por el contrario, en S. marianum todas las espinas son divergentes y radiales.


Aspecto de los tallos floridos, y de un capítulo floral de Silybum eburneum visto desde arriba. Ayora (Valencia), 13.05.2010. © E. Laguna.