Aspecto de la mata de Chrozophora tinctoria
Aunque en Belalcázar se suele llamar ‘tornasol’ al girasol
(Helianthus annuus), ese mismo nombre se da tradicionalmente en gran parte de
España a una de las plantas más usadas en el pasado para la obtención de
tintes. La tintura de tornasol se extraía de la especie Chrozophora tinctoria,
planta abundante en tierras belalcazareñas, donde aparece a menudo durante el
verano en cunetas, baldíos y sembrados en reposo o barbecho.
Flores masculinas del tornasol. Los pedúnculos recurvados en la base del tallo floral corresponden a las flores femeninas, no abarcadas en la foto.
Inflorescencia del tornasol, junto a frutos en desarrollo.
El tornasol de tintoreros es pariente cercano de las
lechetreznas (género Euphorbia) aunque su aspecto es bastante diferente, más
parecido de lejos al de los cenizos (especies de hojas cenicientas del género
Chenopodium). No se sabe bien su origen,
y aunque es posible que viniera del Mediterráneo Oriental, Asia Menor o el N de
África en el pasado, cuando pudo cultivarse para la obtención de tintes, se la
suele considerar como parte de la flora nativa de la península Ibérica.
Como la mayoría de euforbiáceas, el tornasol tiene las flores masculinas
y femeninas en el extremo de los tallos, pero separadas entre sí. Las últimas
dan lugar a frutos de aspecto verrugoso, con
3 semillas gruesas en su interior.
El tornasol, como la mayoría de especies tintoreras, llegó a
cultivarse en algunas zonas de la península, mientras en otras probablemente
sólo se recolectaba sin necesidad de mantenerla en huertos y sembrados. En la
actualidad es una de las especies más características del paisaje veraniego
belalcazareño.