Al acceder a Belalcázar desde Cabeza del Buey, pasado el
último altillo que ya permite otear el casco urbano, el viajero puede
encontrarse ante un cartel difícil de digerir o que apenas le dirá nada. Se encuentra a mano izquierda,
a la altura de la Fuente del Chorrito pero al otro
lado de la carretera A-422. Como veréis en la imagen –de ahora, aunque hace ya
unos cuantos años que está en el mismo sitio- es una placa grande de granito
con un mapa más que esquemático y, eso sí, con una plaqueta de plástico poco estética, donde algunos logotipos institucionales se dan de codazos
entre sí –falta el del ayuntamiento belalcazareño, que hizo bien en no entrar en el asunto- . Poca información da el monolito, indica la
situación de las poblaciones que formaban parte del Condado de Belalcázar, pero
a una escala tan grande y sin referencia de las distancias, que al viajero a
pie le sirve de muy poco; al menos, eso sí, el caminante se lo topa casi de
frente yendo por su izquierda y le da tiempo a contemplarlo. Es una lástima,
porque el granito está bien tallado, y estando buena parte del espacio del
panel desaprovechado, podría complementarse con información más útil para
caminantes y ciclistas.
Al viajero en vehículo no le da ni tiempo a verlo, a mano
izquierda apenas pasado un cambio de rasante, justo en el sitio donde no puede
ni debe detenerse; de hecho lo raro es que llegue a percatarse de la presencia.
Lo normal es que esté atento a su derecha, por donde le sale al paso un camino
entrante asfaltado –el antiguo trazado de la propia carretera-, la imponente
imagen del Castillo de Belalcázar, y una excelente visión de todo el casco
urbano de la localidad. Por supuesto, si va en sentido inverso, hacia Cabeza
del Buey, solo ve el monolito por detrás, sin ninguna información.