2018/12/18

Bulbosas otoñales (4): El azafrán silvestre


 
Azafrán silvestre o de monte (Crocus salzmannii), en el monte Malagón de Belalcázar (izquierda, 11.2018) y en el Carrascar de la Font Roja, Alcoi, Alicante (derecha; 10.2005).

El azafrán silvestre de otoño es la especie Crocus salzmannii (=C. serotinus subsp. salzmannii), relativamente frecuente en Los Pedroches y abundante en Belalcázar en algunas partidas como el monte Malagón. Como su nombre popular indica es un pariente próximo del azafrán cultivado (Crocus sativus), aunque a diferencia de aquel, sus estigmas no producen apenas un aroma marcado si se separan de la planta y se tuestan ligeramente, por lo que carece de interés comercial. A cambio, es una de las plantas con flores más llamativas de cuantas florecen en el otoño, debido precisamente al fuerte contraste entre los estigmas y anteras, de color amarillento a anaranjado-rojizo, y el de los tépalos, violáceos o más raramente blanco-rosados. El bulbo, muy pequeño y a menudo situado a bastante profundidad, posee una túnica papirácea –con tacto de papel- de color castaño oscuro o casi negro.

Flor del azafrán silvestre (Banyeres de Mariola, Alicante, 20.2016)

C. salzmannii crece indiferentemente en suelos derivados de rocas ácidas –pizarras, cuarcitas, granitos, etc.- o básicas –calizas, dolomías, etc.- pero es más abundante en estas últimas.

Azafranes silvestres en plena floración en Alcoi, Alicante, 10.1996

A pesar de la belleza de sus flores, esta especie no ha sido cultivada a nivel comercial, en parte probablemente por la escasa división natural de sus bulbos, lo que haría lenta y costosa su reproducción en medios artificiales. La planta de hecho no suele formar macollas –señal de esa división vegetativa de los bulbos- sino que aparece a modo de individuos aislados, que se habrían generado mayoritariamente a partir de semillas.