Ejemplares de centella de otoño (Ranuculus bullatus) en los malagones entre El Brillante y Zarzalejo, en Belalcázar. 11.2018.
Suelen llamarse localmente centellas a las plantas de pétalos muy
lustrosos, que brillan como espejuelos cuando el sol incide directamente sobre
ellos. Entre estas especies, las más conocidas en Belalcázar son las del género
Ranunculus -de la familia de la de las Ranunculáceas (Ranunculaceae)-, conocidos más a menudo en
la literatura naturalista española como botones de oro. La mayoría
de las especies locales de este género son primaverales, y además tiene sus
hojas con formas alargadas o triangulares, usualmente divididas, pero existe
una clara excepción conjunta a estas dos reglas, protagonizada por la centella de otoño (Ranunculus bullatus).
Ranunculus bullatus es una especie rizomatosa y perenne -aunque agostante en la estación seca-, con
hojas ovaladas cortas que crecen pegadas totalmente al suelo. Los tallos se
elevan pocos centímetros por encima de la roseta de hojas y en su extremo portan
una sola flor, de color amarillo intenso, con el haz de los pétalos muy
lustroso. Es una especie muy gregaria, que a menudo ocupa grades extensiones
continuas en los pastizales, sobre todo cerca de arroyos o en los sitios que
son pastoreados con más regularidad.
Centella de otoño en plena floración. Cada flor corresponde a un ejemplar. Belalcázar, 11.2018.
Aunque la hayamos incluidos en este apartado de plantas bulbosas, las centellas de otoño carecen de verdaderos bulbos. En verano permanecen vivas bajo el suelo, sin
hojas, gracias a sus raíces tuberosas engrosadas. Como otras plantas indicadas
en apartados anteriores de estas flores de otoño, es rica en sustancias tóxicas por consumo, lo que hace que suelan ser evitadas por
el ganado y la mayoría de la fauna silvestre, facilitando su dominancia en los
paisajes de los pastizales belalcazareños en otoño.
Aspecto de las plantas de Ranunculus bullatus cuando carecen de flores, fotografiadas en primavera. Belalcázar, 04.2010.