2015/08/17

La libélula común

Ninfa de Sympetrum fonscolombii al pie de la alberca de El Pilar de Belalcázar

Desde mediados de la primavera suelen verse las libélulas o caballitos del diablo -aunque este último apelativo suele reservarse en algunos sitios para las especies de talla más grande, y en otros justo para lo contrario. En toda la franja de clima mediterráneo de la Península Ibérica la especie más habitual es aparentemente Sympetrum fonscolombii, que suele denominarse por ello libélula común, y que es la más fácil de observar por Belalcázar, sobre todo en primavera.

Nuevos adultos de la libélula común en el momento de abandonar la etapa de ninfa. Una vez abandonan la 'piel' de su anterior estadio, necesitan un tiempo corto para endurecer sus tejidos y adquirir su coloración.

A veces pueden tener varias generaciones en un año. Sus larvas puede verse bien entre otros sitios en la alberca de la fuente de El Pilar, donde este año la fase de ninfa, crisálida o pupa de último estadio se dio en abundancia hacia el mes de abril; revisando los muros de granito de la alberca o las paredes del antiguo lavadero, podían verse ejemplares en todas las fases de emergencia de los nuevos adultos.

Ejemplares femeninos de libélula común


Los ejemplares femeninos de esta especie son de un color verde-parduzco claro (o pardo-verdoso, según gustos de cada descriptor que consultéis), y son difíciles de confundir con otras especies vistos de cerca. Los machos son de color rojizo, lo que los hace más difíciles de identificar, ya que pueden coincidir con especies donde machos y/o hembras sean similares.


 Ejemplares masculinos de libélula común