Ninfa de Sympetrum fonscolombii al pie de la alberca de El Pilar de
Belalcázar
Desde mediados de la primavera suelen verse las libélulas o caballitos
del diablo -aunque este último apelativo suele reservarse en algunos sitios
para las especies de talla más grande, y en otros justo para lo contrario. En
toda la franja de clima mediterráneo de la Península Ibérica la especie más
habitual es aparentemente Sympetrum fonscolombii, que suele denominarse por
ello libélula común, y que es la más fácil de observar por Belalcázar, sobre todo en primavera.
Nuevos adultos de la libélula común en el momento de abandonar la etapa
de ninfa. Una vez abandonan la 'piel' de su anterior estadio, necesitan un
tiempo corto para endurecer sus tejidos y adquirir su coloración.
A veces pueden tener varias generaciones en un año. Sus larvas puede
verse bien entre otros sitios en la alberca de la fuente de El Pilar, donde
este año la fase de ninfa, crisálida o pupa de último estadio se dio en
abundancia hacia el mes de abril; revisando los muros de granito de la alberca
o las paredes del antiguo lavadero, podían verse ejemplares en todas las fases
de emergencia de los nuevos adultos.
Ejemplares femeninos de libélula común
Los ejemplares femeninos de esta especie son de un color verde-parduzco
claro (o pardo-verdoso, según gustos de cada descriptor que consultéis), y son
difíciles de confundir con otras especies vistos de cerca. Los machos son de
color rojizo, lo que los hace más difíciles de identificar, ya que pueden
coincidir con especies donde machos y/o hembras sean similares.
Ejemplares masculinos de
libélula común