2011/08/13

Cableados cabreados

Panorámica de la calle Fray Miguel de Medina de Belalcázar. ©E. Laguna, 05.08.2011

Dado el reducido caso que se suele hacer a nuestro patrimonio arquitectónico –por mucho que parezca que las autoridades competentes parece que se vayan a herniar en el intento-, es probable que debamos esperar a los tiempos en que la arqueología industrial adquiera relevancia suficiente. Para esas fechas el patrimonio eléctrico viario belalcazareño, al paso al que va creciendo y consiguiendo afear nuestro paisaje urbano cada año, puede ayudar a que nuestro pueblo merezca como mínimo el apelativo de Patrimonio (eléctrico y antiestético) de la Humanidad.


Detalle de uno de los abundantes enjambres de cables que pueden verse dispersos por casi todas las calles belalcazareñas, sobre todo en edificios donde se eternizan las obras privadas o públicas.©E. Laguna, 31.07.2011

A buen seguro que muchos pueblos del planeta a los que no llegan los servicios más mínimosquerrían estar literalmente ahorcados de cables de luz y teléfono, pero para una villa de patrimonio histórico monumental y estético como el de Belalcázar, la sobreabundancia de conducciones de este tipo en cualquier calle roza el insulto. Sabemos que no es culpa de quienes se encargan de cuidar el cableado, y que los exagerados privilegios de que gozan las empresas del sector les permiten afear sin límite cualquier municipio, ayudando a desalentar sus atractivos turísticos y culturales; sin embargo, los excesos de cableado que se observan por doquier en cualquier calle del pueblo merecerían que alguna vez se genere alguna reflexión pública al respecto.


Otro de las muchas docenas de ejemplos observables estos días en las calles de Belalcázar. ©E. Laguna, 31.07.2011

Probablemente, ante ese revestimiento legal de privilegios de las empresas eléctricas y telefónicas, poco pueda hacer nuestro ayuntamiento -que por supuesto también estará cogido por ‘sus partes’ con las correspondientes facturas mensuales-, pero el exceso de dichos cables acabará por dar cualquier día un disgusto por cuestiones de mera seguridad ciudadana, son muchos los camiones y máquinas pesadas que necesariamente han de atravesar el casco urbano y antes o después alguno acabará provocando o siendo víctima de un accidente eléctrico.


La ermita de San Antón , paradigma del monumento imposible de fotografiar en una panorámica completa sin cables de por medio. ©E. Laguna, 11.08.2011

Con suerte, podremos llegar a sacar en el futuro panorámicas de algunos de nuestros monumentos que hoy son prácticamente imposibles sin cables de por medio. Mientras tanto, también podemos posicionarnos a la inversa, y declarar algunos de esos impresionantes enjambres de cables como obras de arte contemporáneo, Bienes de Interés Cultural 'noli tangere'; ni hechas a propósito se conseguirían por cualquier escultor moderno acumulaciones tan complejas de este tipo de conducciones.