2012/08/08

¿Hormigas engañadas?

Las ‘aludas’, en nuestro lenguaje popular, son los machos y hembras fértiles de diversas especies de hormigas, que salen de sus nidos para dispersarse y dar lugar a nuevas colonias; en el empeño mueren sobre todo los machos, mientras las hembras fecundadas excavan refugios que darán lugar, tras la puesta y el desarrollo de las primeras obreras, a las nuevas poblaciones de la especie. Las aludas eran muy apreciadas décadas atrás, para cebar las 'costillas' con las que se cazaban aves, o los anzuelos para la pesca de río.

Ejemplar masculino de ‘aluda’. ©E. Laguna, 07.08.2012.

Acostumbramos a pensar que si las hormigas aladas salen de sus nidos es señal clara de que va a llover. Sin embargo, en estos días hemos podido observar que al menos para alguna de nuestras especies lo que probablemente motiva la emergencia de las hormigas aladas es una mezcla del descenso brusco de temperatura y el aumento de humedad, sin que necesariamente haya que esperar a las tormentas y las lluvias de verano. En los últimos días de la pasada semana la temperatura bajó bruscamente, y los más de 40º de jornadas precedentes dieron lugar a menos de 30 en pocas horas a lo largo del domingo 5 y lunes 6 de agosto; por las noches el termómetro se situó entre los 15 y 20ºC. La tarde del día 6, Belalcázar se fue llenando de nuestras conocidas ‘aludas’, que aún eran abundantes la mañana del martes 7 -mientras, como es habitual, servían de alimento a más de una especie de ave, micromamíferos, etc. No cayó ni una gota de agua, pero estos peculiares habitantes de nuestras casas no cejaron en su em peño de intentar fundar nuevos hormigueros, aunque la tierra a escarbar estuviera algo más dura de lo esperable para ellas. Toca plantearse si el clima las engañó, o quizá estemos engañados/as nosotros/as pensando que cada vez que aparecen debe llover a manta.