Ejemplar masculino de ‘aluda’. ©E. Laguna, 07.08.2012.
Acostumbramos a pensar que si las hormigas aladas salen de
sus nidos es señal clara de que va a llover. Sin embargo, en estos días hemos
podido observar que al menos para alguna de nuestras especies lo que
probablemente motiva la emergencia de las hormigas aladas es una mezcla del
descenso brusco de temperatura y el aumento de humedad, sin que necesariamente
haya que esperar a las tormentas y las lluvias de verano. En los últimos días
de la pasada semana la temperatura bajó bruscamente, y los más de 40º de jornadas precedentes dieron lugar a menos de 30 en pocas horas a lo largo del domingo 5
y lunes 6 de agosto; por las noches el termómetro se situó entre los 15 y 20ºC. La tarde del día 6, Belalcázar se fue llenando de
nuestras conocidas ‘aludas’, que aún eran abundantes la mañana del martes 7
-mientras, como es habitual, servían de alimento a más de una especie de ave,
micromamíferos, etc. No cayó ni una gota de agua, pero estos peculiares
habitantes de nuestras casas no cejaron en su em peño de intentar fundar nuevos
hormigueros, aunque la tierra a escarbar estuviera algo más dura de lo
esperable para ellas. Toca plantearse si el clima las engañó, o quizá estemos engañados/as nosotros/as pensando que cada vez que aparecen debe llover a manta.