2012/08/21

Los trigos cultivados y sus parientes


Espiga de una de las formas de trigo cultivado en Belalcázar. © E. Laguna, 04.2011.

Los trigos cultivados corresponden al género Triticum, que según muchos expertos es de origen completamente artificial, generado por la domesticación de plantas del género Aegilops, los que llamamos 'triguillos' o 'revientasacos'. Nuestro paisano Claudio Rodríguez ha recolectado semillas de ploantas de ambos géneros, haciendo lo mismo con la cebada (Hordeum vulgare) y su pariente la cebadilla o 'zaragüeyes' (Hordeum murinum subsp. leporinum), pudiendo comprobar el relativo parecido de las semillas dentro de cada género.


Hordeum murinum subsp. leporinum, una de las especies más frecuentes en cunetas de carreteras y márgenes de cultivos. © E. Laguna, Belalcázar, 04.2006

En Belalcázar y su entorno se cultivas diversas variedades de trigo, siendo las más abundantes el candeal o trigo harinero (T. aestivum) y los trigos duros (T. durum y T. turgidum); la diferenciación entre las diferentes especies de trigos duros es muy compleja y en muchos casos se trata de híbridos artificiales entre microespecies, por lo que muchos botánicos prefieren incluir todos ellos en Triticum durum en sentido amplio, como aquí haremos. La presencia o no de aristas en las espigas de los trigos no suele ser un elemento de diagnóstico, ya que en casi todas las especies se han conseguido variedades múticas (sin aristas) y aristadas.



Semillas de trigos duro y candeal, de espigas recolectadas por C. Rodríguez hace pocas semanas en Belalcázar. © E. Laguna, 30.07.2012

Las imágenes de espigas secas con semillas corresponden a las plantas recolectadas por Claudio Rodríguez, donde podéis apreciar el notable parecido entre los granos de las dos especies de trigo (candeal y duro) y las especies de Aegilops. De las 3 especies presentes en Belalcázar ha recolectado dos de ellas, Ae. neglecta (=Ae. ovata) y Ae. triuncialis, ambas con 2-3 aristas saliendo de la gluma (bráctea principal de la espiguilla, que a la vez es cada una de las unidades que forma la espiga); la espiga es más rechoncha en la primera especie y alargada en la segunda. Existe una tercera especie, Ae. geniculata, de espigas cortas y pequeñas, pero con 4-6 aristas en la bráctea que rodea cada espiguilla.   



Espigas secas y semillas de Aegilops triuncialis (arriba) y Ae. neglecta (abajo) recogidas por Claudio Rodríguez. © E. Laguna, 30.07.2012 

En el caso de las cebadas, los granos son más alargados y quedan encerrados en una cubierta difícil de separar, lo que a su vez motivó que ya desde tiempos antiguos se evitara su uso para producción de harinas, prefiriéndose el empleo para forraje y producción de malta para la fabricación de la cerveza.



Imágenes de las espigas y semillas de la cebada cultivada y de la cebadilla, donde puede apreciarse el parecido en la forma de los granos. © E. Laguna, 30.07.2012
  
Dentro de este grupo de cereales cultivados con espigas alargadas, es aún frecuente en el entorno belalcazareño el centeno (Secale cereale), conocido por su mayor resistencia a condiciones más extremas de frío y sequía. A diferencia de trigos y cebadas carece de parientes autóctonos, y cuantos se observan a veces aislados en las cunetas y márgenes de campos provienen del asilvestramiento de plantaciones anteriores en las mismas zonas.  



Plantas de centeno junto al camino de La Mata en Belalcázar (03.04.2010) y espiga y semillas de la misma especie (30.07.2012). © E. Laguna, 30.07.2012