Normalmente cuando hablamos de especies migratorias de fauna, como
pasa con muchas aves, las diferenciamos entre ‘invernantes’ y ‘nidificantes’,
ya que en la mayoría de casos hacen sus nidos a lo largo de la primavera e
incluso a principios del verano. Por el contrario, cuando hablamos de especies
residentes de nuestra fauna, parece que damos por sentado que van a hacer sus
nidos o a tener sus crías solo en los tramos iniciales de la primavera, cuando la realidad es que, al
igual que las plantas acoplan entre unas y otras sus épocas de floración,
también ocurre algo similar con muchos animales a la hora de reproducirse y sacar adelante sus crías. En pleno verano aún hay
especies que, o han tenido en estos días sus descendientes, a pesar del calor reinante,
o están en ello. En el caso de los reptiles, que como sabéis no pueden regular
la temperatura de su organismo y necesitan calor de fuentes externas para poder
moverse, el final de la primavera y el principio del verano es una época óptima
para desarrollar la reproducción, de modo que en agosto y septiembre pueda
realizarse la eclosión de los huevos en muchas especies.
Puesta de salamanquesa (Tarentola mauritanica). Lo que aparece al fondo es el caparazón de una caracola común de huerta (Rumina decollata). ©E. Laguna,
07.2012.
La imagen que traemos
al blog es la de una puesta de salamanquesa común (Tarentola mauritanica) que
el ‘blogger’ (nos acostumbraremos mejor a decir ‘bloguero’) retrató hace pocos
días. Estos reptiles aprovechan huecos de rocas, de tejados, grietas de los edificios,
etc. para hacer sus puestas, en sitios suficientemente escondidos pero no
demasiado fríos ni tampoco expuestos a la insolación directa. A diferencia de
los de lagartijas o serpientes, los huevos de las salamanquesas son de contorno
menos elíptico, y miden en torno a 1 cm. La identificación la debemos al Dr.
Ignacio Lacomba, experto de la Generalitat Valenciana, que amablemente atendió nuestra
solicitud para conocer el origen de esta puesta.