2012/08/08

Nuestras arzollas

Centaurea ornata. ©E. Laguna, 06.2009

Dentro de los nombres populares de las plantas belalcazareñas, las ‘arzollas’ denominan a especies de cabezuelas fuertemente espinosas del género Centaurea, plantas que a pesar de dicho carácter no poseen hojas o tallos punzantes, diferenciándose así de los genuinos cardos, cardillos, cardenchas, etc. Las más corrientes son las arzollas mayor (Centaurea ornata) y mediana (C. melitensis), ambas de flores amarillas; en el mismo grupo, pero de flor rosa, se encuentra la que en otros sitios se llama arzolla común (C. calcitrapa), de flor rosada, pero que por nuestra comarca diversos nombres como abrepuños, azotacristos u quiebrabueyes.  

Centurea melitensis. ©E. Laguna, 06.1997
Centaurea calcitrapa. ©E. Laguna, 06.1997

Todas estas especies son relativamente frecuentes y tienen una distribución amplia en la península Ibérica, estando además presentes en otros países próximos a España y Portugal. No ocurre así con la que llamamos ‘arzolla chica’ o arzolla menor, también de flores rosadas y blanquecinas, pero exclusiva del tramo central de Sierra Morena, que encuentra precisamente en Los Pedroches su principal núcleo mundial de distribución. Se trata de la especie Centaurea cordubensis, una de las pocas plantas que llevan en su nombre el apelativo a la provincia de Córdoba. Es, en consecuencia, una de nuestras especies endémicas más representativas.

Cabezuela de Centaurea cordubensis al final de su floración. ©E. Laguna, 08.2012

En Belalcázar la arzolla chica es rara, al situarnos ya casi en su límite de distribución. Abundaba en los taludes de la carretera a Cabeza del Buey antes de la ampliación que se hizo allí hace algunos años; pasado suficiente tiempo, ha esperado poco para recolonizar las pizarras de los nuevos taludes, donde se está extendiendo con relativa rapidez. En las curvas del trazado anterior, que quedaron abandonadas como meandros,  puede verse aún algún rodal con  ejemplares de tallos gruesos, de más de 3 cm de diámetro, casi monumentales para el humilde tamaño de esta mata, que apenas supera los 30 cm. de talla. En estos días se encontraba ya al final de su floración anual.

Base del tronco en un ejemplar anciano de Centaurea cordubensis. ©E. Laguna, 08.2012

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